El inmueble fue construido en la época de la Nueva España con el fin de abastecer de agua a las y los mexicanos de la capital

Redacción

La Ciudad de México figura entre los demás estados de la República por la cantidad de edificios, monumentos y construcciones históricas que se encuentran en sus 16 alcaldías. No es ningún secreto que la capital alberga inmuebles invaluables como el Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana, el Castillo de Chapultepec o el Palacio de Iturbide, no obstante, estos no son lo únicos tesoros que se esconden en el centro del país.

Una de las fuentes más antiguas de la República Mexicana descansa al poniente de la CDMX en la alcaldía Miguel Hidalgo, se trata de la Fuente de Belén, uno de los vestigios del antiguo Acueducto de Chapultepec que abastecía agua a la capital del país.

El Gobierno de México detalla que de ahí partían 902 arcos “a lo largo de cuatro kilómetros, que distribuían agua por la urbe hasta llegar a la fuente de Salto del Agua”, en la esquina de San Juan de Letrán y Arcos de Belén.

Por su parte, la Comisión Nacional del Agua explica que actualmente no existen muchos documentos de la construcción, por lo que no se sabe a ciencia cierta quién fue el arquitecto que estuvo a cargo de la obra, sin embargo, se tiene la certeza de que fue construida en tiempos de la Nueva España, entre los años 1755 y 1760.

De igual forma se detalla que la estructura fue inaugurada por el virrey Agustín de Ahumada y Villalón, también conocido como Marqués de las Amarillas. En un principio se encontraba en la entrada del Bosque de Chapultepec debido a que de ahí surgían los manantiales que dotaban de agua al territorio capitalino.

Durante mucho tiempo fue una gran herramienta que brindaba a las y los ciudadanos no solamente el recurso natural mencionado, sino también un espacio en el que diversos niños se reunían a jugar mientras sus mamás llenaban sus “cochocoles (grandes vasijas de barro) para posteriormente llevar el preciado líquido de puerta en puerta a los vecinos de San Miguel Chapultepec”.

Fue en 1921 cuando el arquitecto mexicano Roberto Álvarez Espinosa se encargó de cambiarla de sitio luego de haberle realizado algunas modificaciones. La misma fuente detalla que la funcionalidad de este sitio se perdió después de la demolición del Acueducto, por tal motivo, la Fuente de Belén pasó de ser una edificación de primera necesidad a un monumento decorativo.

A pesar de la relevancia cultural y social que tiene este inmueble, lamentablemente se encuentra un poco descuidado, ya que durante una buena temporada las autoridades la abandonaron y no hubo un mantenimiento adecuado, de hecho, se puede apreciar una gran grieta que es muestra del descuido.

Durante más de un siglo esta fuente fue un símbolo para las colonias aledañas, incluso, la imagen de la estación del metro Sevilla se inspiró en los 20 arcos que fueron parte de esta importante obra. Actualmente la estructura se puede apreciar desde la avenida Chapultepec.

Hoy en día el sitio está rodeado por unas rejas, no obstante, no se debe perder la oportunidad de visitar el lugar y conocer los tintes coloniales que durante mucho tiempo le dieron identidad a la zona. Puede ser el pretexto perfecto para saber un poco más acerca del misterioso pasado del país y observar la arquitectura virreinal.