La capital está llena de historias y hay barrios que han sido testigos del paso del tiempo desde hace siglos

Red de corresponsales

La capital es un centro recreativo y sobre todo histórico, en ella descansan diversas construcciones que han dado identidad al país entero, pues han sido participes de un sinfín de eventos culturales, sociales y políticos que marcaron el rumbo de las y los mexicanos.

Aunque mucho se sabe de sus estructuras antiguas como el Palacio Nacional, el Castillo de Chapultepec o el Palacio de Bellas Artes, poco se dice de las primeras colonias que dieron un hogar a los habitantes de tiempos pasados.

El especialista Alejandro Suárez detalla que hablar de cuál es el territorio más antiguo de la Ciudad de México suele ser complejo, puesto que muchos espacios fueron poblados desde antes de la Conquista. “Cuando los españoles arribaron desde tierras europeas se encontraron con una gran número de colonias formadas como Tacubaya, Tlalpan, Coyoacán, Xochimilco, Tlatelolco (…), en sentido estricto, muchos rincones del Distrito Federal pueden ser considerados como los más arcaicos”.

No obstante, la investigadora Amalia Gracia apunta que desde mediados del siglo XIX las autoridades decidieron “delimitar mejor las calles y empezaron a dar denominaciones a los lugares para ‘acomodar’ mejor a la ciudad”.

Porfirio Díaz fue uno de los personajes de la historia que destacó en este proceso, ya que debido a su política de “progreso”, a principios del siglo XX empezó a levantar colonias como la roma y la condesa. dos de las más destacadas de la alcandía Cuauhtémoc 

Por otro lado, hubo algunas que ya se encontraban estructuradas, organizadas y aunque no tenían todos los servicios como la Roma y Condesa, contaban con delimitaciones específicas que albergaban diversas viviendas.

1. San Rafael

La colonia San Rafael se lleva el puesto número uno como uno de los rincones más antiguos de la CDMX pues varias fuentes, entre ellas el Fondo Mixto de Promoción Turística del Gobierno de la Ciudad, afirman que esta es la más antaña, incluso, fue declarada como Zona Patrimonial por la UNESCO debido a su “cultura, teatros, arte, escuelas, danza, tianguis, (y por estar) situada en un punto estratégico por sus cercanía a las principales avenidas”.

Se inauguró en el año 1859 como la colonia de los Arquitectos, en un principio llevó este nombre porque se dice que fue construida para que ahí vivieran los estudiantes dearquitectura de la Academia de San Carlos. Fue hasta 1891 cuando se le otorgó el nombre con el que se le conoce hoy en día.

La localidad no tardó en ser habitada y al lugar llegaron familias de distintas clases sociales. Las viviendas eran muestra de la gran brecha social de la época, pues había bellas mansiones y casas pequeñas o vecindades donde vivía la gente menos privilegiada.

Más tarde, de 1900 a 1910 se anexó el rancho Casa Blanca y se amplió la demarcación, dando como resultado a una de las colonias más grandes y únicas del Porfiriato. En los años cuarenta y cincuenta la zona fue conocida por albergar “magníficos centros de diversión, cines, teatros y amplias salas donde se realizaban los estrenos de exitosas obras”.

2. Clavería

Aunque la inauguración formal de la Clavería fue en 1903, el nacimiento de la colonia data del siglo XVI cuando se fundó la hacienda de San Antonio Clavería para Hernán Cortés y sus tropas. Se trató de un premio que se les otorgó por sus triunfos en las luchas contra las culturas prehispánicas.

Durante el periodo del Virreinato tuvo varios dueños, todos pertenecientes a la aristocracia española, entre estos destacó Domingo Bustamante, pariente directo del rey Carlomagno. Por tal motivo la demarcación se llamó por mucho tiempo el Palacio de los Bustamante.

Tiempo después, Porfirio Díaz aprovechó el gran espacio y construyó un nuevo lugar al norte de la Ciudad de México para que se acomodaran familias privilegiadas, de hecho, el estilo de la zona fue influenciado por las clases altas, quienes adquirieron sus terrenos para convertirlos en casas de verano.

Debido a su cercanía con la ave, la historia de la colonia se remonta también a la época precolombina, pues formaba parte de los caminos principales que los mexicas tomaban para trasladarse en Tenochtitlan.

3. San Pedro de los Pinos

San Pedro de los Pinos es otro de los espacios de la capital que resguarda anécdotas y construcciones del tiempo precolombino, colonial y de épocas como el Porfiriato. Los orígenes históricos se encuentran en el México-Tenochtitlan, pues fue uno de los terrenos en donde se encontraron edificaciones como un teocalli dedicado al dios Mixcóatl.

Con la llegada de los españoles se delimitó la zona para levantar haciendas y ranchos debido a la abundancia de madera de pino, recurso que fue explotado y permitió el avance económico de la demarcación. De igual manera se construyó el Convento de Madres Teresianas, uno de los inmuebles más importantes del sitio, tanto que la estructura cuenta con el título de Patrimonio Nacional.

Debido a la riqueza del lugar, fue otro de los sitios elegidos por Porfirio Díaz para crear una nueva colonia. Los trabajos comenzaron en 1886 y para 1900 ya contaba con aproximadamente 20 manzanas y un trazo bien definido que enseguida empezó a recibir a nuevos habitantes.

Después de la Revolución incrementó al urbanización de la colonia y se comenzaron a establecer distintas fabricas que dieron trabajo a muchos pobladores. Actualmente es uno de los asentamientos más destacados y conocidos de la CDMX.