• Durante el siglo pasado en la ciudad de México se levantaron varios cines, que ahora estan abandonados y en ruinas, o fueron demolidos para otro tipo de construcciones

Red de corresponsales

La Ciudad de México es una de las ciudades más grandes y pobladas del mundo. Así mismo, es también una de las ciudades que cuenta con más lugares de recreación, cultura y entretenimiento. Algunos de estos lugares son cines.

Durante la época del Cine de Oro mexicano se comenzaron a construir cines por varios barrios importantes de la ciudad, que contaban con una sala en donde se proyectaban películas nacionales e internacionales para el disfrute familiar. Los espectadores solían acudir cualquier día de la semana, pero en especial, los domingos, para deleitar los filmes cinematográficos en los cines, algunos con diseños y arquitectura impresionantes.

Actualmente, muchos de estos, lamentablemente, se encuentran en el olvido, abandonados, o han sido demolidos para construir en su lugar otros lugares, quedando así, solo su recuerdo.

Cine Tacuba

Se encontraba sobre la calzada México-Tacuba, entre Golfo de California y Mar Tirreno, y era un recinto que recuerdan con cariño quienes asistían a sus salas en los años cincuentas. La sala funcionaba como cine de permanencia voluntaria, esto quiere decir que pagabas tu entrada, y podías quedarte a ver las funciones que quisieras. Además, en su clásica dulcería se podía encontrar palomitas, gaznates, pistaches e incluso nieves para disfrutar de las películas, aunque algunas personas preferían llevar desde su casa una torta y así ahorrarse unos pesos.

El cine funcionó hasta finales del siglo XX. Fueron varios factores los que hicieron que cerrara de manera definitiva, entre ellos, el ambulantaje, la mala fama de la zona, y la inseguridad. Actualmente, en el lugar se encuentra una tienda de la cadena de ropa Suburbia.

Cine Cosmos

Se encuentra en la zona de Tacubaya, la cual alberga grandes joyas arquitectónicas que han sobrevivido al paso del tiempo. Uno de estos es el Faro Cosmos, el cual anteriormente fungía como el Cine Cosmos. La edificación fue diseñada en 1946 por el arquitecto Carlos Crombé, sin embargo, la impresionante fachada fue construida dos años después, en 1948, cuando Carlos Vergara la intervino tras un incendio. Durante los años siguientes, el cine vivió su apogeo, con la llegada de la época del Cine de Oro mexicano.

En este cobraban tres pesos y había permanencia voluntaria, además su gran sala contaba con 3 mil butacas. En 1971, durante el conocido Halconazo, sirvió de refugio de estudiantes. En la década de los 90 quedó en el olvido, sin embargo, en 2019 fue remodelado y ahora funge como faro cultural.

Cinema Río

Se encuentra en la calle República de Cuba, en pleno corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México. Fue inaugurado en 1948, cuando la zona era de estudiantes, pues las escuelas de la UNAM se encontraban en el corazón de la capital.

La fachada del cine tenía una impresionante puerta estilo Art Decó, y una marquesina en colores brillantes, que actualmente se encuentra totalmente descuidada. Las películas que aquí se proyectaban eran de talla internacional, debido a los universitarios que frecuentaban el área. Para la década de los 50 la UNAM se mudó al sur de la capital y el cine comenzó una época de decadencia y olvido. Debido a esto, desde los años 90 comenzó a operar como cine para adultos, y hasta la fecha sigue operando de esta forma.

Cine Acapulco

Abrió sus puertas en 1948, en Tepito, y ofrecía funciones a precio económico. Justo como lo dice su nombre, llevaba la temática de la paradisiaca playa de la costa de Guerrero, pues tenía palmeras pintadas, cocos y hasta un enorme faro. Era posible disfrutar el matiné con permanencia voluntaria por tan solo 1.50 pesos, o sea, tres películas por ese costo.

La enorme sala tenía capacidad para 3 mil 650 personas. El cine fue demolido y actualmente hay algunos edificios habitacionales.

Cine Magestic

Se encontraba frente a la Alameda de Santa María la Rivera, en la calle Manuel Carpio. También contaba con matiné de permanencia voluntaria, y muchas familias aprovechaban para ir al cine, saliendo comprar un helado, y aprovechar su buena ubicación para ir a pasear por la alameda de la popular colonia.

La vida del cine comenzó en los años 20 del siglo pasado, y en este se estrenaron varias películas, entre ellas, Sin novedad en el frente, en 1930. Cincuenta años más tarde cerró sus puertas y tuvo que ser demolido para dar paso a una plaza comercial que, hasta la fecha, se encuentra de pie.