A propósito del Día del Niño el próximo 30 de abril, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), informó que al final del año pasado se contabilizaron en el país 15 millones de niñas y niños de cinco a 11 años de edad, lo que representó el 11 por ciento de la población.
En las últimas décadas, las autoridades mexicanas han pugnado por combatir el analfabetismo, a través de crear oportunidades educativas para todos los mexicanos.
Sin embargo, lo cierto es que con todo y los esfuerzos así como las oportunidades que se han abierto a través de la educación en línea, resulta que no todos los infantes mexicanos van a la escuela.
Resulta que de los 15 millones de niñas y niños de cinco a 11 años, el 98 por ciento (equivalente a 14 millones 439 mil 752 infantes), sí asistían a la escuela, por lo que el restante dos por ciento no lo hacía.
Es decir, en México 280 mil 899 infantes de cinco a 11 años de edad no asisten a un centro educativo. De quienes no asistían a la escuela, 56 por ciento eran niños y 44 niñas.
En las localidades rurales (menos de dos mil 500 habitantes) residían 97 mil 101 niñas y niños de 5 a 11 años que no asistían a la escuela. En las localidades urbanas (2 500 o más habitantes) vivían 183 798 niñas y niños con la misma condición. Nótese que la no asistencia fue mayor en las localidades rurales (2.39 por ciento) que en las urbanas (1.73 por ciento).
Un factor para entender dicha realidad, es analizar el contexto en que se desarrollan los infantes, como el perfil que presentan sus padres: Nivel educativo, ocupación, localidad, etc.
“Las características de los hogares donde se encuentra la población de niñas y niños que no asistía a la escuela pueden brindar elementos para identificar algunas razones de la inasistencia, de manera particular, se analizan algunas características sociodemográficas de las jefas y jefes del hogar”, comentó el INEGI.
De esta manera, considerando el total de hogares donde había al menos una niña o niño de 5 a 11 años que no asistía a la escuela, seis de cada diez jefas o jefes (58 por ciento) contaban con estudios de primaria o secundaria incompleta; mientras que 15 por ciento declaró tener estudios de nivel medio superior y superior.
Por su parte, la escolaridad de las jefas o jefes de los hogares, donde todas las niñas y niños asistían a la escuela, indica que casi la tercera parte (33 por ciento) tenía estudios a nivel medio superior y superior.