Redacción

La miel es un producto dulce que producen las abejas melíferas a partir del néctar de las flores, de las secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos chupadores de plantas. Según explica la International Honey Board, estas abejas recolectan, transforman y combinan el néctar con enzimas propias, lo depositan y almacenan en panales donde madura.

La composición de la miel varía según la flora de la que se alimentan las abejas, pero en general contiene alrededor del 80% de azúcares, principalmente fructosa y glucosa, y el 20% restante consiste en agua, minerales, vitaminas, polen y proteínas. Este producto natural no solo es apreciado por su sabor, sino también por sus propiedades antibacterianas, antioxidantes y terapéuticas, utilizadas desde la antigüedad en diversas culturas para el tratamiento de enfermedades y afecciones.

¿Cómo es el cuadro nutricional completo de la miel?
La miel, como producto natural compuesto principalmente por azúcares, ofrece un aporte energético significativo. Según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), 100 gramos de miel aproximadamente proporcionan:

Energía: 288 kcal/1229 kJ
Agua: cerca del 17-20%
Azúcares (principalmente fructosa y glucosa): alrededor del 80%
Proteínas: 0,4 gramos
Grasas: 0 gramos
Fibra dietética: 0,2 gramos
Vitaminas: contiene pequeñas cantidades de vitaminas del complejo B, como niacina, ácido pantoténico (B5), piridoxina (B6), riboflavina (B2), tiamina (B1), y vitamina C.
Minerales: es fuente de algunos minerales importantes como el potasio, el magnesio, el calcio, el sodio, el zinc, el hierro, el fósforo, y el selenio, aunque en cantidades pequeñas.
También contiene antioxidantes, incluidos fenoles, enzimas, y compuestos como el flavonoides y ácidos fenólicos, que contribuyen a sus propiedades saludables. Sin embargo, el EUFIC explicó que es importante consumirla con moderación debido a su alto contenido de azúcar y calorías.

Las ventajas de consumir miel

-Propiedades antibacterianas y antimicrobianas: La miel contiene peróxido de hidrógeno y otros componentes con capacidad para inhibir el crecimiento de microorganismos.
-Fuente de antioxidantes: Contiene compuestos antioxidantes como flavonoides y ácidos fenólicos que ayudan a combatir el daño causado por los radicales libres.
-Beneficios para la salud digestiva: La miel puede promover la salud digestiva, actuando como prebiótico, estimulando el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.
-Cicatrizante de heridas y quemaduras: Gracias a sus propiedades antimicrobianas y su efecto calmante, la miel es útil en el tratamiento tópico de heridas, quemaduras y úlceras.
-Alivio de síntomas de resfriado y garganta: Se demostró que la miel puede aliviar la tos y los síntomas del resfriado, siendo un efectivo remedio casero para aliviar la irritación de garganta.
-Regulación del azúcar en sangre: Aunque la miel es rica en azúcares simples, su combinación única de fructosa y glucosa puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre en algunos contextos.
-Efectos antioxidantes y de mejora cardiovascular: Los antioxidantes presentes en la miel pueden contribuir a una mejor salud cardiovascular, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
-Beneficios para la piel: Utilizada en productos de cosmética natural, la miel puede mejorar la salud de la piel gracias a sus propiedades hidratantes, nutritivas y antioxidantes.
-Fuente de energía: Por su alto contenido en azúcares naturales, la miel es una fuente de energía rápida y eficaz, ideal para deportistas o personas con alta demanda energética.

Las desventajas de consumir miel

-Alto contenido de azúcares y calorías: La miel es rica en fructosa y glucosa, lo que puede contribuir al aumento de peso si se consume en exceso.
-Riesgo de botulismo infantil: No se recomienda dar miel a niños menores de un año debido al riesgo de botulismo infantil, una intoxicación alimentaria grave.
-Reacciones alérgicas: Personas sensibles al polen o a ciertos componentes específicos de la miel pueden experimentar reacciones alérgicas.
Efecto sobre los niveles de glucosa en sangre: Aunque en menor medida que el azúcar blanco, la miel puede afectar los niveles de glucosa en sangre, siendo una consideración importante para personas con diabetes.
-Contaminación: La miel puede estar contaminada con pesticidas o metales pesados presentes en el ambiente de donde las abejas recolectan el néctar, dependiendo de la ubicación y las prácticas de cultivo.
-Sostenibilidad y impacto ambiental: La producción de miel puede tener impactos negativos en la biodiversidad y en las poblaciones de abejas si no se maneja de forma sostenible.
-Variedad en la calidad: Existe una gran variabilidad en la calidad de la miel disponible en el mercado, con la presencia de mieles adulteradas o de baja calidad nutricional.
Sobrexplotación de las abejas: La demanda alta de miel puede llevar a prácticas de sobrexplotación de las abejas, afectando su salud y la polinización de plantas.

¿Por qué la miel nunca se estropea?
La miel posee una longevidad excepcional debido a varias características inherentes a su composición y propiedades físicas:

Baja humedad: La miel es un producto con muy bajo contenido de agua, lo que dificulta la supervivencia de bacterias y microorganismos que requieren de agua para crecer.
Acidez: Tiene un pH ácido (entre 3.2 y 4.5 aproximadamente) que inhibe el crecimiento de la mayoría de las bacterias y hongos.
Peróxido de hidrógeno: Al entrar en contacto con el agua, una enzima presente en la miel (glucosa oxidasa) produce peróxido de hidrógeno, un antiséptico natural que ayuda a evitar el crecimiento de microbios.
Efecto osmótico: La alta concentración de azúcares en la miel extrae el agua de las células bacterianas por ósmosis, lo que impide su multiplicación y desarrollo.
Además, cuando se almacena en condiciones adecuadas, sin mucha exposición a la humedad y en un envase cerrado correctamente, la miel mantiene sus propiedades y puede conservarse por periodos muy prolongados sin descomponerse.