El presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, Cuauhtémoc Rivera, aseguró que mientras los proveedores del pequeño comercio reducen la presentación de sus productos ante la velocidad de la inflación, el consumidor ya no tiene suficiente dinero para la compra de la canasta básica, por lo que hizo un llamado para incrementar el salario mínimo al mismo nivel de incremento de la inflación.
Ante el fracaso del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) del gobierno federal y la velocidad con la que avanza el incremento de precios en el país, hoy en día al 70 por ciento de la población ya no le alcanza para adquirir la canasta básica, mientras que la inflación sigue su curso y se estima que podría llegar incluso al 10 por ciento al final del año, denunció el presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera.
“El 70 por ciento, es decir, siete de cada 10 mexicanos tiene dificultades para comprar la canasta de alimentos que quisiera comprar para llevar a su casa y darle de comer a su familia. Eso es lo que está pasando (…) lo podemos asegurar sin lugar a dudas“, dijo en conferencia de prensa en donde presentó la edición número 18 de la encuesta Infalción y Carestía entre el pequeño comercio del país.
Incluso, la gente ya usa las tarjetas de crédito para la compra de alimentos y para revertir esta situación el consumidor está bajando la calidad de su consumo, por lo que se ha incrementado la adquisición de alimentos a granel, en tanto que los productores reducen el tamaño de las presentaciones de sus productos.
La encuesta reveló que el 78.55 por ciento de los comerciantes notaron que las presentaciones de productos son más pequeñas.
“Esto se venía dando desde antes de la pandemia. La inflación venía en ascenso, no con la rapidez que va a hora, y los grandes proveedores se empezaron a dar cuenta.
“Es como nacen las presentaciones pequeñas con toda la intensión de mover el producto, según las posibilidades de compra del consumidor (…)
“Empezaron con esto en el segmento de la panificación y las bebidas y ahora son muchas más las categorías como limpieza, aseo personal, abarrotes, etcétera”, lo que no quiere decir que el producto haya reducido su precio, sino que en términos reales el artículo incluso llega a ser más costoso cuando se hace la conversión a la presentación anterior.
En este contexto, el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) que lanzó el gobierno federal con 24 productos en la canasta básica, es un completo fracaso, pues en el sector comercio ni si quiera se conoce.
“Después de 6 meses, este programa se desconoce por parte de los pequeños comerciantes, los precios siguen en aumento y no hay evidencia que muestre su aplicación”, encontró la encuesta.
El 64.95 por ciento no conoce el PACIC, pero quienes dijeron conocerlo, el 74 por ciento no cree que haya funcionado, además de que lo que se ofrece en el PACIC tiene una calidad cuestionable y “no logra aterrizar en la base de la pirámide social”.
Incluso, Cuauhtémoc Rivera dijo que productos esenciales para la alimentación, hay muchos más que los que señala el PACIC, por lo que habría que repensar la canasta en función de las necesidades de los consumidores.
Por principio de cuentas, dijo que la canasta de 24 productos no se vende por paquete, sino que quienes lo negociaron tomaron las categorías, eligieron las marcas y calidades y armaron un paquetito.
“Sin embargo, nosotros proponíamos un espíritu más amplio de invitar a las proveedurías locales, productores agrícolas directos e ir confeccionando las canastas básicas esenciales de cada temporada. No pueden ser estables porque el consumo de la gente varía de acuerdo a la temporada” y esto es lo que no se ha querido entender.
De parte del sector comercio, dijo que uno de los costos más elevados para ellos son los energéticos, en donde si bien el gobierno federal ha inyectado subsidios para contener la inflación, siguen siendo caros e impactan en el costo de los productos finales.
“El gobierno ha inyectado una enorme cantidad de recursos para subsidiar las gasolinas y el diésel en el país (…) pero eso no quiere decir que no esté caro el energético. Evidentemente es un costo que incide en el costo de los productos que se expenden en el mercado y ese es como un impuesto que encarece las cosas (…) y no decir de la luz que es un tema muy relevante porque la energía eléctrica en el país es bastante cara y golpea la operación de los negocios”.
Cuauhtémoc Rivera dijo que con este panorama la expectativa del sector comercio es que el incremento del salario sea, por lo menos, equivalente al aumento de la inflación para que haya capacidad de compra y con ello recuperación de la economía.