Esta semana concluye la “gira del adiós” del cantautor español Joaquín Sabina en México precisamente donde inició su carrera como superstar con un ardid mercadológico de hacer pasar sus primeros materiales como “underground” y contestario ante gobiernos monolíticos. Este columnista no puede negar que se enganchó en su tierna juventud ante acordes y letras vendidas en cassettes y que buena parte del “sound track de mi vida” fue impactada por varias de aquellas piezas… pero, como dice el escritor Edgardo Bermejo, “Sabina es como una novia de la adolescencia: te gusta recordarla, pero no volverías con ella”.

Los cassettes se empezaron a vender en el “Tianguis del Chopo”, aquel mercadillo sabatino e icónico para los seguidores del rock. Ahí, detrás de la estación ferroviaria de Buenavista en la CDMX, el periodista y representante de artistas José Xavier Navar lanzó el contenido del álbum doble “Joaquín Sabina y Viceversa, en directo” pasado como un producto pirata, casi clandestino. Los mercados de pulgas en Guadalajara y Monterrey no tardaron en venderlo como bolillo caliente; la creativa y rebelde estación de radio Rock-101 de Luis Gerardo Salas transmitía los bien logrados ritmos e irreverentes reales letras como el de “Juana La Loca” y “Whisky sin Soda” que flecharon a una franja de jóvenes que en la década de los 80´s del siglo pasado, a disgusto con los extremos monocordes entre Flans y Alejandro Lora, se montaron a la primera ola del Consejo Estudiantil Universitario y en apoyar a la Corriente Democrática que en 1988 impulsó la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas.

“Sabina es un mal amigo”, cuenta Navar a quien le gusta mas el tono rockero de los primeros discos del autor que rememora principio vida y final de un macarra de ceñido pantalón que cuando al palmarla clamó “que es demasiao”; hizo a un lado a Navar y prefirió Argentina -y su amistad con Fito Páez– que seguir creciendo en México donde logró que en España el sello BMG lanzará sus discos y lo sacara de los círculos marginales de tugurios y bares de mala copa, sacando al artista de sus tristes devaneos e hiciera lo suyo: elevar a lo universal la potencia eléctrica de la poesía en español. “El Metro huele podrido, carne de cañón y soledad”.

Su primer concierto en el Auditorio Nacional fue memorable. “Pacto Entre Caballeros” y sus muchos y muchos policías encaminaron a quién esto escribir a publicar en el viejo Excelsior sus primeros artículos: portazo, gases lacrimógenos, tropeles de chavitas y chavitos en plena gozadera de saberse derribando su propio Muro de Berlín, mi hermano Refugio Flores con el Jesús en la boca, Bermejo en medio de las fila en pleno jolgorio con Antonio Tenorio para de ahí irnos a la extinta cantina “Los Portales” y celebrar la catarsis de encontrar una identidad pintada de prostíbulos y toreros. Edgardo, de regreso de Culiacán, tararea algunas letras que le tocan fibras profundas pero ya no se acuerda cómo se titulan.

Tampoco René Franco, escritor y metódico crítico de cultura y espectáculo desde “La Taquilla”, recuerda el título alguno, pero sí que discutió en un bar por horas con un Sabina que a fines del siglo pasado era furibundo seguidor del Subcomediante, perdón, subcomandante Marcos. Pidió no ser citado, pero me dijo más o menos esto: “siempre quería comportartse como super estrella, muy borracho, desmadroso en exceso (…) siempre queriedo apoya según causas sociales sin entender ni querer entender, simplemente dejó de ser interesante”. Tampoco soporté esos aires de “revolucionario fashion”.

Sabina tuvo como fan, entre otros muchos, a Felipe Calderón, a muchas y muchos ilustres miembros de Morena y a personajes que por discreción no mencionaré. Pero con el constructor Federico Martínez he tenido sesiones de música sabinesca bien empapada con recuerdos y mezcal.

Invité a Mónica, mi esposa, para ir a ver uno de sus últimos conciertos en México. “No, que flojera”. Me convenció en un segundo.

Pero un país con tómbolas, una narcoguerra interna, con ciudadanos adormilados o asustados, y un gobierno que no parece saber hacia donde ir, en momentos oscuros suelo tararear algo que ese flaco escribió:

“Y sal de ahí
A defender el pan y la alegría
Y sal de ahí
Para que sepan que
Esta boca es mía, esta boca es mía

Zacatecas, pese a todo, lucha

La esperanza, afortunadamente no es la que muere al último. Debido a una coordinación adecuada entre la secretaría estatal, la Guardia Nacional y la Marina Armada de México, la administración David Monreal pudo brindar a sus gobernados resultados en 2024. No, imposible soltar campanas al vuelo, las redes del crimen organizado y sus disputas, pero una política de coordinación de acciones hizo posible reducir 70% en homicidios dolosos, pasando de 1,741 casos en 2021 a 500 en 2024, posicionó al estado como líder nacional en pacificación.

La mortandad por crímenes en el trasiego y control de las rutas del narcotráfico no debiese existir, menos ahora que el gobierno de Donald Trump asola al de Claudia Sheinbaum para las entregas de Fentanilo. Controlar el consumo, atender las causas de la demanda, le corresponde a Estados Unidos; enfrentar la oferta, acotar a los proveedores, ya sucede en Zacatecas.

Raquel se atora en limpia

La titular de la secretaría anticorrupción y buen gobierno, Raque Buenrostro, hoy topa con los procesos de adquisición de bienes y servicios en la administración pública. Los medicamentos es uno y es una bomba de escándalo que le cuento el lunes.

Pero un rubro en que más el gobierno es el de la limpieza de instalaciones, donde en los últimos 6 años un grupo acapara este mercado: se trata de las empresas de un mismo grupo como Tasefi, Armot, Control de Accesos, Pulizia, Retimar, Vortex, Ultra Nayya y Siprom, se han adjudicado contratos por más de 200 millones de pesos sólo en este mes de enero.

¿Pañuelo Blanco?

@mfloresarellano

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