Redacción

Alejandro Armenta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, condenó la pandemia de obesidad infantil y geriátrica que se vive en México, misma que sólo beneficia a las industrias farmacéuticas y alimentarias globales y, al mismo tiempo, atenta gravemente contra la salud de las y los mexicanos.

Este lunes 7 de noviembre, el abanderado de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) señaló que la pandemia de COVID-19 dejó dos grandes lecciones en México. La primera de ellas está relacionada al uso de la tecnología y, la segunda, en el sector salud, donde reiteró que existen múltiples afectados, pero pocos beneficiados.

“Esto no les va a gustar, pero hay que decirlo, porque se trata de la vida: si no ponemos orden a ese gran flagelo, en 10 años México ocupará el primer lugar mundial en jóvenes pre diabéticos e hipertensos, condenándolos a una vida postrada a equipos médicos de alto costo”

Durante su participación en la conferencia de prensa del Senado, el presidente de este organismo dijo que se debe de entender que existe un problema de salud más grande en México que el de la pandemia de COVID-19, pues en México, la segunda causa de muerte es la diabetes, algo que, en gran parte, puede ser prevenido con una mejor alimentación y ejercicio regular.

Para argumentar el riesgo que se vive en la república fue al recordar que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y el segundo en obesidad de adultos mayores. Además que, mientras en el país la segunda causa de muerte es la diabetes, en el resto de naciones es la novena causa. Asimismo, presentó un dato considerable para corregir en la alimentación nacional.

“En México, todos los días, siete de cada 10 niños, antes de comer una tortilla, un pan, un atole, un tamal, un plato de frijoles, desayunan una bebida edulcorada”
Bajo esa lógica, el senador apuntó que la sobre oferta de bebidas edulcoradas se transformó en la pandemia de obesidad que azota a diferentes demográficos en la república y se traduce en un problema sanitario que las instituciones deben de resolver.

Finalmente, señaló que la población es quien padece las consecuencias de esta pandemia de sobrepeso; sin embargo, existe una minoría que se ve beneficiada por ello: la industria farmacéutica internacional y la industria alimenticia internaciona

Cabe recordar que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las enfermedades del corazón y la diabetes matan hasta tres veces más que la delincuencia en México, lo cual, lejos de demeritar la crisis de seguridad en la república, sirve como indicador de la cantidad de decesos que ocurren en relación a estos padecimientos que viven millones de mexicanos y saturan los hospitales del sector público.

De acuerdo con la información publicada en 2019, último año registrado antes de la pandemia de SARS-CoV-2, enfermedades del corazón registró 156 mil 41 decesos; diabetes mellitus 104 mil 352; mientras que el rubro de agresiones se posicionó en 36 mil 661. Esto quiere decir que los problemas cardíacos mataron 425% más que la delincuencia y, por su cuenta, la diabetes mató 284% más.

Pero estos datos se agravaron con la llegada del virus, en 2020, primer año con el COVID-19 en México, pues en el rubro de enfermedades del corazón se registraron 218 mil 703 muertes; diabetes mellitus, que se desplazó al tercer lugar por el nuevo coronavirus, 151 mil 19; mientras que agresiones, que bajó al octavo sitio, registró 36 mil 773 decesos.

Por su cuenta, en el primer año de pandemia, se registraron 200 mil 270 fallecimientos relacionados a esta enfermedad. Esto quiere decir que las enfermedades del corazón mataron 594.73% más que la violencia; asimismo, el COVID-19 y la diabetes registraron porcentajes mayores con el 544% y 410%, respectivamente.

Por lo que se trata de un tema prioritario que debe de ser resuelto desde todas las aristas posibles en el Estado mexicano, por lo que se espera una discusión parlamentaria en la que se señale la necesidad de mejorar los hábitos de consumo, alimentación, oferta en el mercado de comestibles y demás factores que intervengan para mejorar la calidad de vida de la población.