En el imaginario colectivo subsiste la leyenda que El Salvador y Honduras disputaron una auténtica guerra por la calificación al Mundial de Fútbol de México 70. En julio se cumplen 51 años de La Guerra del Fútbol, también conocida como la “Guerra de las cien horas”
Sin embargo la denominación de La Guerra del Fútbol surge de una interpretación simplista e incluso peyorativa, que se creó en el argot periodístico fuera de la región y refiere la imagen de dos pequeños países que se fueron a la guerra por un simple partido de fútbol. Lo que ha persistido como un mito genial, donde la rivalidad deportiva habría dado paso a un insólito y delirante conflicto armado.
En lo futbolístico, Honduras ganó 1 a 0 en Tegucigalpa el 8 de junio de 1969, y en la vuelta ganó la selección de El Salvador 3 a 0 en El Salvador. El suicidio de Amelia Bolaños, una joven salvadoreña de 18 años tras el juego inicial se ha tomado como origen del conflicto, pues este lamentable suceso calentó los ánimos para el partido de regreso. El diario salvadoreño El Nacional publicó: “Una joven que no pudo soportar la humillación a la que fue sometida su patria”. A su funeral, acudió el Presidente salvadoreño Fidel Sánchez Hernández y fue transmitido en vivo por televisión.
Tras la derrota de 3 a 0 en la vuelta, los jugadores hondureños fueron transportados al aeropuerto en vehículos militares. Dos hinchas visitantes resultaron muertos y 150 autos con placas hondureñas fueron incendiados, como magistralmente relató el periodista polaco Ryszard Kapuscinski en su célebre e imprescindible reportaje “La guerra del fútbol”, del libro del mismo nombre.
Las fronteras entre ambos países se cerraron después del encuentro. El desempate se celebró el 27 de junio, en el Estadio Azteca y ahí El Salvador, con un apretado 3-2 consiguió por primera vez la clasificación a un Mundial. Casi 20 días después, el 14 de julio, la Fuerza Aérea de El Salvador realizó un sorpresivo ataque sobre varias ciudades hondureñas. Los intensos combates duraron cuatro días.
Más allá de los resultados de los partidos eliminatorios al Mundial, que fueron parte del contexto de una problemática histórica y profunda, las causas verdaderas de la guerra fueron:
Los problemas en torno a la tenencia de la tierra. Los abusos en los latifundios en El Salvador derivados desde el régimen colonial generaban migración hacia Honduras que territorialmente es más extenso, en 1969 había unos 300 mil salvadoreños en Honduras. Ante esta situación, los tratados migratorios fueron insuficientes y las contradicciones entre los latifundinstas y las empresas bananeras norteamericanas United Fruit y Standard Fruit se intensificaron.
El problema limítrofe. El proceso de negociación de la frontera había comenzado cien años atrás, en 1869, cuando comisionados de ambos países se reunieron para demarcar los límites en algunas ciudades fronterizas. No obstante, las posteriores negociaciones no tuvieron éxito, por lo que el proceso de demarcación nunca se completó. (Orozco 2003: 136)
Las fronteras sin control. Que permitieron agravios de militares, paramilitares y bandas criminales de uno y otro lado. “Un personaje que se valió de los difusos límites fronterizos para cometer delitos fue el coronel hondureño Antonio Martínez Argueta, cuya hacienda ganadera se extendía a ambos lados de la frontera. Su captura en 1967 por parte de autoridades salvadoreñas, en territorio de Honduras, vino a empeorar las relaciones entre los dos países, y no solo por cuestiones de soberanía, sino también porque Martínez Argueta, además de ser rico e influyente, era allegado del presidente López Arellano”. (Anderson 1988: 133).
El financiamiento al golpismo. Las acusaciones mutuas de financiar el golpismo para desestabilizar al gobierno vecino eran pan de cada día.
Los desequilibrios del Mercado Común Centroamericano (MCCA), conformado por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua de 1960 favorecían a los EU vía El Salvador más que a Honduras. El Salvador llegó a dominar el 30% del comercio en Centroamérica y exportaba gente sin empleo a Honduras, de acuerdo a los estudios de la época en contraparte no compartía los beneficios del mercado común.
Con estos factores cundió la xenofobia y se dieron los desalojos en masa de los salvadoreños de las tierras que cultivaban en Honduras, y de ahí el caldo de cultivo para la guerra.
En lo futbolístico, si bien El Salvador ganó a Honduras y logró llegar a su primera Copa del Mundo, su participación fue decepcionante. Integró el Grupo A junto al anfitrión, México, la URSS y Bélgica. Fue goleado por el Tri 4-0, cayó 2-0 ante los soviéticos y recibió tres goles de Bélgica. Nueve goles en contra y ninguno a favor.