Por Alejandro Durán

Aun sin resentir los efectos directos de la emergencia sanitaria por el COVID-19, la inversión privada en México se desplomó 11 por ciento a tasa anual en marzo de este 2020, lo que representó la mayor caída en 126 meses.

De esta manera, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Inversión Fija Bruta (IFB), no había reportado caídas tan sensibles desde la que reportó en octubre de 2010, cuando se desplomó 12.2 por ciento a tasa anua, en el marco de la crisis financiera mundial.

En este sentido, la IFB, que representa los gastos realizados en Maquinaria y equipo de origen nacional e importado, así como los de Construcción, ligó 14 caídas consecutivas a tasa anual, desde el avance de 1.6 por ciento que alcanzó en enero de 2019.

A través de un reporte, el INEGI explicó que la caída de 11 por ciento a tasa anual que mostró la IFB durante marzo pasado fue resultado de la contracción de 7.2 por ciento que experimentó la inversión en el rubro de la construcción y de la caída de 16.1 que observó la compra de maquinaria y equipo.

Por lo anterior, bajo términos acumulados, resultó que en el primer trimestre del año la IFB mostró una caída de 9.3 por ciento respecto a lo reportado en el mismo periodo de 2019.

De acuerdo con analistas, el desempeño que muestra la inversión fija (particularmente en marzo), es refleja de la incertidumbre que despiertan las políticas públicas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, en especial, por el tipo de decisiones arbitrarias como la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco.

En su comparación mensual, la Inversión Fija Bruta registró una reducción en términos reales de 3.1 por ciento durante marzo del presente año respecto al mes inmediato anterior, con cifras desestacionalizadas.