En línea con la debilidad que muestra la economía mexicana, la industria de la construcción se mantiene en polines.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el valor de la producción de las empresas constructoras cayó, en términos reales, 1.3 por ciento de enero a febrero de este año, con lo que el indicador ligó dos caídas mensuales, de acuerdo con datos ajustados por estacionalidad.
Con ello, la variable se colocó en 102.6 puntos en febrero pasado, lejos del 108.3 alcanzado en diciembre de 2023.
A tasa anual y con datos originales (sin estacionalizar), el valor de la producción de las empresas constructoras creció 23.2 por ciento en febrero, en donde las obras de Edificación aumentaron nueve por ciento; las del sector agua, riesgo y saneamiento bajaron -3.2; las de electricidad y telecomunicaciones apuntaron (55.8); las de transporte y urbanización (71.8): las de petróleo y petroquímica (4.9); y otras construcciones (11.7 por ciento).
Por entidad federativa, resulta que Quintana Roo se erigió como el principal motor de la industria de la construcción a nivel nacional, al generar el 12.4 por ciento del valor en todo el país, seguido por Nuevo León y Campeche, con el 9.9 y 7.8 por ciento, respectivamente. En el otro extremo (con la más baja aportación nacional), se colocaron Tlaxcala, Colima y Zacatecas con el 0.1, 0.5 y 0.3 por ciento, en ese orden.