Ante la amenaza de recesión económica global, las autoridades mexicanas deben blindar el mercado interno para garantizar la estabilidad económica del país a través de diversas acciones, como es el combate al crimen organizado, el cual se ha colocado como un factor de presión en la producción, distribución y ventas de productos de consumo básico, afirmó el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios

En ese sentido, el coordinador del instituto, José Ignacio Martínez Cortés, consideró necesario hacer valer el Estado de Derecho en México, pues se ha detectado que bandas de criminales se han erigido como factores que definen tiempos y métodos de producción, distribución y comercialización de alimentos, como el caso del limón y aguacate, lo cual se traduce en precios elevados, en detrimento de consumidores y toda la cadena de suministro.

De esta manera, el economista aseguró que las deficiencias de un Estado de Derecho donde impera la corrupción y predomina el crimen organizado, se reflejan en la pérdida del 19 por ciento de la riqueza interna que genera nuestra sociedad.

“El gobierno debe blindar al mercado interno a través de fortalecer la seguridad pública en la producción, distribución y venta final de la producción. En estos tres niveles se debe minimizar la presencia del crimen organizado; también se debe combatir la dominancia y predominancia de empresas”, afirmó el analista.

Por medio de un reporte, el especialista expuso que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (debe blindar los principales puntos de producción agrícola y manufacturera para detener la participación del crimen organizado, que se ha conformado como un monopolio que incide en los precios en la producción, distribución y venta, además de determinar temporalidad y volumen de cosecha de productos agrícolas y fabricación de bienes. Y es en la actividad primaria donde tiene mayor presencia la delincuencia y, por ende, las extorsiones inciden en los precios al productor cuyo pago repercute finalmente en la inflación al consumidor final.

“Con ello se evitará que aumenten costos al productor evitando incremento de precios al consumidor lo cual redundaría en una menor inflación y una reducción en las tasas de interés provocando un incremento en el consumo”, afirmó el economista de la UNAM.

Asimismo, dijo que resulta relevante fortalecer tanto la demanda agregada como la demanda interna que se reflejaría en mayor generación de la producción, escalada de ventas y generación de más empleo que se traduciría en aumento del gasto público, más consumo de las familias, incremento de la inversión privada y mayor en la captación de impuestos.