Redaccion

●       El 42% de los mexicanos recorren entre 10 y 50 km para trabajar, enfrentando largos traslados diarios.

●       Los espacios de trabajo flexibles acercan el empleo al hogar, acortando viajes y aliviando el tráfico urbano.

Las lluvias torrenciales que han azotado la Zona Metropolitana del Valle de México en los últimos días, junto con las constantes contingencias ambientales decretadas por la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), han puesto en evidencia algunos de los retos que enfrentan las grandes ciudades: largos traslados, congestionamiento vial y la necesidad de adaptarnos a situaciones que afectan nuestra movilidad y calidad de vida.

Estos escenarios, lejos de ser meras complicaciones temporales, ofrecen una oportunidad para repensar cómo nos movemos, trabajamos y habitamos el espacio urbano.

Una de las propuestas que cobra fuerza en este contexto es la de las “ciudades de 15 minutos”, un modelo que plantea que cualquier persona debería poder acceder a servicios esenciales —como empleo, salud, educación, compras y recreación— a pie o en bicicleta, en un radio no mayor a 15 minutos desde su hogar. Esta visión urbana, centrada en la proximidad y la calidad de vida, plantea una alternativa viable frente a la fragmentación espacial que domina muchas zonas metropolitanas en México.

De acuerdo con el estudio “Retos y perspectivas del trabajo 2024” de WeWork, el 42% de los trabajadores mexicanos recorren entre 10 y 50 kilómetros para llegar a sus empleos, mientras que un 31% está a una distancia de entre 3 a 10 kilómetros. Esta distancia afecta considerablemente el tiempo de desplazamiento diario y, por ende, la calidad de vida de los empleados.

El mismo estudio señala que el 49 % de los mexicanos usa su vehículo para llegar a sus lugares de trabajo, contribuyendo a la congestión del tráfico y a la contaminación urbana; otro 34 % recurre al transporte público, y dentro de ese grupo, el 17 % depende de aplicaciones de movilidad para completar su trayecto.

En este escenario, la flexibilidad laboral y el acceso a espacios de trabajo más cercanos al hogar se perfilan como soluciones prácticas para mejorar la movilidad urbana y reducir la presión sobre la infraestructura. Los espacios de trabajo flexibles permiten que las personas mantengan su productividad sin necesidad de recorrer grandes distancias, especialmente en días con lluvias severas o mala calidad del aire, cuando salir de casa representa un reto adicional.

Este cambio ya es tangible. En 2019, sólo el 11 % de los empleados en México trabajaba bajo un esquema híbrido. Hoy, ese porcentaje ha escalado al 64 %, impulsado por la búsqueda de un mayor equilibrio entre lo personal y lo profesional, así como por los beneficios que esto representa para la salud mental, la concentración y la eficiencia.

“Ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey tienen el potencial de avanzar hacia modelos urbanos más integrados, donde las áreas residenciales, comerciales y de servicios estén mejor conectadas. Apostar por la descentralización del trabajo y fomentar el uso de espacios flexibles no solo responde a una demanda laboral contemporánea, sino que también puede contribuir a reducir la huella ambiental, dinamizar las economías locales y mejorar la cohesión social.” comentó Alvaro Villar, Head de Ventas Hispanoamericanas de WeWork.

Las ciudades de 15 minutos no son una utopía, sino una invitación a imaginar un entorno más accesible, saludable y funcional. Su implementación requiere  inversión estratégica y la colaboración entre sectores. Pero sobre todo, exige una visión moderna del trabajo y del urbanismo, en la que la cercanía se valore tanto como la conectividad.

Acercar el empleo al hogar no es solo una respuesta a las condiciones climáticas extremas o a los cuellos de botella del tráfico urbano: es una apuesta por ciudades más humanas, resilientes y preparadas para los desafíos del futuro.