México ha sido testigo de conductas en algunas mujeres que han desafiado la buena moral y el recato ante los reflectores. Ese atrevimiento actuado, se presentaba en algunos sucesos, con la suficiencia de belleza, como sucedía con María Félix, la “tigresa” Serrano, y otras “divas”. Sin embargo, la ausencia de ese “banal atributo”, tampoco fue una limitante para ganar espacios con notoriedad.  Hemos conocido -por fortuna- múltiples casos de inteligencia ilustre, que también retaban con picardía las “buenas costumbres” y el mejor decir.

Pero, hay quienes se quedaron en el medio o en la orilla, como Xóchitl Gálvez, que hizo del albur masculino y la altisonancia popular, una “estrategia personal” exaltada, a partir de la “influencia política” de Fox.

Sus promotores, buscaban una actriz política que pudiera plagiar con naturalidad algunos “modales” y características en el Presidente de la República: Dicharachero, pueblerino, izquierdista, mestizo, etc. Ellos, soslayaban brutalmente, y con indiferencia, las mayores virtudes de Andrés Manuel: idealista, tenaz, honesto, culto, generoso y profundamente inteligente. Pasaban también por alto que López Obrador es inimitable, y, sobre todo, para infortunio de México, irrepetible.

Recordamos todos, el presidente empezó a “calentar el ambiente” diciendo en un par de “mañaneras” que pronto divulgaría el nombre de la persona que sería la candidata del FAM, que ya había sido elegida, y el resto del proceso era una gran farsa. Conociendo al presidente, sabíamos, lo estaba haciendo con un gran cálculo político.

Elegiría con destreza a una mujer frágil en su ignorancia extrema y vulnerable por sus innumerables conductas de corrupción. 

La suerte estaba echada, muchos le reprochaban en redes, le diera tanta publicidad a una desconocida, cuyos alcances no pasaban de botargas y espectáculos deprimentes en el senado. 

La hizo crecer sin mesura hasta convencer a tirios y troyanos que ella era la elegida. Algunos, los más ingenuos, dirían que Gálvez era un fenómeno nunca antes visto en México.

Claudio X González, y sus patrones, darían instrucciones a todos los medios de comunicación controlados (casi todos) que aumentaran, al precio que fuera, la cobertura para esa mexicana ejemplar, que había logrado superar las adversidades como nadie. 

Le crearon y difundieron historias noveladas increíbles, conmovedoras,   ridículas, pero eficientes con los más débiles…mentales.   

Ese mismo día del “destape”, veríamos a Santiago Creel llorando y asegurando que; “el presidente era un desgraciado”. Él, a pesar de sus limitaciones, advertía, habían sido presa fácil de la inteligencia y sagacidad de un político singular en competencia. 

Y si, Xóchitl Gálvez sería la “agraciada”. El “apoyo involuntario” desde el Palacio Nacional, le haría crecer en sus ambiciones, ya no le interesaba la Jefatura de Gobierno de la CDMX, donde tenía posibilidades reales, no, ella estaba para cosas mejores. 

Las cosas cambiarían, las redes sociales que conocían mucho de la señora Gálvez y sus innumerables “pecaditos”, pronto la pondrían contra la pared. Las evidencias de sus corruptelas eran inobjetables. El presidente, divertido, daba cuenta de esto a través de las mañaneras. Hay que aclarar López Obrador es el “streamer” más visto de habla hispana en el mundo. 

Xóchitl, cada día más empequeñecida, intentaría evitar ser nombrada en las mañaneras. Lograría la Corte silenciara parcialmente al presidente.Ya no quería esa publicidad gratuita, no aceptaba la frase acuñada por Salvador Dalí: “Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mi”. A esas alturas no existía posibilidad alguna de que hablaran bien de ella. Xóchitl ha logrado concitar la idea generalizada de que no sólo es tramposa y deshonesta, ha convencido a sus más furibundos “seguidores” que es realmente tonta.

La desbandada, qué hasta este día, han querido ignorar los patrocinadores del FAM, se dirige hacia destinos tan diversos como: Claudia Sheinbaum (presidenta virtual), Samuel García y Eduardo Verástegui (El Yunque panista).

En corrillos panistas y priistas se discute la necesidad de sustituir a la multicitada señora Gálvez, buscando hacer propuestas de último momento. Tal parece el tiempo y desprestigio se les vino encima con la ciudadanía y tendrán que “remar contra la corriente” sin el liderazgo de un candidato(a) presidencial importante que les “arrastre”. 

“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás siendo parte de ella” (Joan Baez)