Redacción

Ahorrar: un enfoque tradicional

En concepto y en la práctica, todo individuo ha hecho del ahorro una forma de protegerse contra futuros contratiempos o para financiar proyectos futuros. En su forma más básica, ahorrar implica simplemente guardar parte de los ingresos, con la esperanza de que se acumule con el tiempo. Sin embargo, en el entorno económico actual, simplemente guardar dinero puede no ser la estrategia más eficiente.

Si consideramos la inflación, el valor real del dinero en una cuenta de ahorros tradicional puede disminuir con el tiempo. Por ejemplo, guardar $1,000 en una cuenta de ahorros que ofrece una tasa de interés anual del 1% resultará en un “modesto crecimiento” (dejémoslo en comillas, porque hace falta liquidar impuestos y otros cobros transaccionales que pueden afectar la rentabilidad final), pero cuando se contrapone a una inflación promedio del 2.5%, el poder adquisitivo de ese dinero disminuye.

Inversiones: maximizando el rendimiento del dinero

Mientras que el ahorro tiende a ser una estrategia pasiva, mantener el dinero en reserva para futuras necesidades o emergencias, invertir adopta un enfoque mucho más proactivo. La inversión se centra en hacer que el dinero trabaje activamente para el inversor, apuntando a obtener un rendimiento superior al que se lograría simplemente manteniéndolo en una cuenta bancaria tradicional.

En el panorama financiero actual, con tasas de interés a menudo mínimas ofrecidas por las cuentas de ahorro, el dinero que simplemente se deja en estas cuentas corre el riesgo de perder poder adquisitivo con el tiempo, especialmente cuando se tiene en cuenta la inflación. Frente a este escenario, surge la inversión como una herramienta poderosa. La idea es asignar ese capital a diversos activos, ya sean acciones, bonos, bienes raíces o incluso empresas emergentes, que tienen el potencial no solo de crecer en valor, sino también de generar ingresos adicionales en el proceso, ya sea a través de dividendos, intereses o rentas.

Bienes raíces: una oportunidad para todos

Históricamente, la inversión en bienes raíces ha sido vista difícil debido a las altas barreras de entrada. No obstante, con la aparición de plataformas digitales como Ambana, esta percepción está cambiando rápidamente.

Ambana ha transformado el panorama, al permitir que cualquier individuo pueda participar en el mercado inmobiliario, realizando inversiones desde $1’000.000 COP en inmuebles que ya están generando renta. Las oportunidades de inversión de la plataforma se encuentran tanto en Colombia como en Estados Unidos, y ofrece como retorno a las inversiones ingresos pasivos de alquiler y potencial apreciación de las propiedades.

Lo que es aún más interesante es el actual mercado inmobiliario. Con los precios en aumento, tanto en alquileres como en propiedades en sí, invertir en bienes raíces, incluso en pequeñas fracciones, podría ser una forma eficiente de combatir la inflación y obtener rendimientos.

El ethos de Ambana radica en su creencia de que el mercado inmobiliario debe ser accesible para todos, no solo para una élite. La falta de productos financieros claros y accesibles ha sido un obstáculo para muchos, pero Ambana busca cambiarlo y democratizarlo.

Mientras que el ahorro seguirá siendo una herramienta esencial en la gestión financiera, es crucial considerar la inversión como un medio para maximizar los rendimientos. Con plataformas como Ambana, las puertas del mercado inmobiliario se abren para muchos, permitiendo que más personas aprovechen las oportunidades que ofrece este sector.

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