No sólo fue dispendio lo que provocó una decisión “para aliviar la economía popular” de Andrés Manuel López Obrador y que instrumentó el neomorenista Ricardo Sheffield al frente de la Procuraduría Federal del Consumidor, sino la profunda distorsión del mercado de gas licuado de petróleo (Gas LP) que provocó el precio tope de venta impuesto hace cuatro años a los envasadores y distribuidores del combustible usado en 9 de cada 10 hogares… y que dentro de una semana encenderá el paro nacional al que convoca el gremio de los llamados “gaseros”, o sea otra de las crisis del primer semestre de 2025.

Terminó el sexenio pasado y el programa Gas Bienestar no se extendió al todo el país como lo prometió el tabasqueño; se quedó atorado en las nueve Alcaldías de la Ciudad de México donde inició. Pero a la estrategia de arruinar a las empresas privadas que distribuyen el gas LP, la respuesta de los gaseros es la de exigir libertad de precio y/o iniciar otro gran paro tras la burlesca elección judicial.

El Gas Bienestar es una historia de pérdidas maquilladas por los subsidios federales: conforme con informes oficiales, de enero a mayo de 2022 ingresó 254.3 millones; pero en el mismo periodo de 2023 cayó a 183.4 millones; y para el 2024 los ingresos se redujeron de nuevo hasta los174.4 millones de pesos.
Así, el año pasado los gastos reportados sumaron mil 298.3 millones de pesos; como casi todos los proyectos del actual régimen, la generación de excedentes es sustituida por subsidios: el cuatro informe trimestral de Pemex de la quesque gestión de Octavio Romero, indica aportaciones a Gas Bienestar y Gasolinas Bienestar 300 millones de pesos.

Bueno, hay que reconocer que el cuatroteismo -vía Pemex- subsidió con mayores recursos a la dictadura de Miguel Díaz Canel (cuando menos 10 mil millones de pesos entre petróleo crudo y refinados a Cuba según el reporte a la Securitie Exchange Commission), que lo que son poquitas las dádivas a sus bases electorales domésticas.

Con todo ello, a cuatro años de su operación, Gas Bienestar registra “cero pesos de utilidad”. Nadie podría festinar que una empresa pública “no busque lucro”, palabra maldita nacida en la edad media (lucrum), en los momentos más oscuros de occidente… pero si no genera utilidad (palabra del alto latín), la empresa pública quema recursos de los contribuyentes.

El truco de Gas Bienestar se sostiene en este gobierno, por la secretaría de energía que encabeza Luz Elena González Escobar, usando el mismo andamiaje discursivo que el usado por Rocío Nahle: según se trata de “apoyar” a las familias más pobres cuando Gas Bienestar tiene una ínfima cobertura territorial (Palacio Nacional ya optó meterle 30 mil millones de pesos a las estufas de leña), o de contener los costos para la producción tortillas cuando el Gas LP representa un ínfimo 3% o 5% de los costos de elaboración.

Así, la sospecha del gremio de gaseros es que, al continuar el tope de precio al público, la secretaria González sea partícipe de una estrategia orientada a provocar la quiebra de la gran mayoría de las empresas para que, tras el caos, emerjan del caos las compañías recomendadas por Andy y Bobby López Beltrán.
Serán peras o manzanas, pero el paro nacional se prepara ante una atribulada Claudia Sheinbaum.

La sombra del hombre de los dineros

El secretario de Finanzas del Estado de México, Oscar Flores Jiménez, es sin duda uno de los más poderosos funcionarios del gobierno de Delfina Gómez; por ello resulta paradójica la escasa información pública sobre el personaje: en sus declaraciones patrimoniales únicamente reporta ingresos como funcionario pese a ser socio de la firma Flores Dorantes & Asesores, misma que ha participado cuando menos desde hace 15 años en licitaciones públicas de millones de pesos.

Ser empresario no es pecado, ni inhibe el ejercicio del servicio público mientras no exista conflicto de interés que suele extinguirse cuando el funcionario se separa de la administración pecuniaria de sus negocios.
Hasta el año pasado Flores reportó tener el 90% de las acciones de Flores Dorantes & Asociados; pero en el Registro Público de Comercio también se le anota como accionista y tesorero de Viajes Iram.

Al funcionario también se le mencionan viajes cotidianos a Florida y negocios relacionados con los lugares por donde ha pasado como Conade, SICT y otras dependencias de gobierno.

Tampoco ello debería ser muy raro, pero Flores es el único miembro del gabinete mexiquense sin información curricular desplegada en la página oficial estatal.

Y no se entiende el motivo.

Compra medicinas, otro fracaso en puerta

El clamor por la falta de medicamentos en hospitales y clínicas públicas en los estados que hicieron los gobernadores morenistas el viernes en Palacio Nacional volvió a desenmascarar los cuentos del subsecretario del desabasto Eduardo Clark de que “ya merito” se logra el suministro tal y como ha mentido en las conferencias matutinas de presidencia.

Los esquemas aplicados de “compra barata” que el subsecretario del desabasto solo apapacha a un puñado de empresas como PISA y Psicopharma, Amarox, y Buffington, todos con “padrinos “en las instituciones públicas.

Y la obsesión de “comprar barato” dio al traste con el objetivo de Daniel Kershenobich de impulsar a la industria nacional. También llevó al sector público a un callejón sin salida: los productos a precios “regalados” que se pacten a partir de hoy con Birmex, a cargo de Carlos Ulloa, es muy posible no se surtan rápidamente por que se asignaría al proveedor de menor precio sin capacidad de suministro inmediato salvo lo que tenga “en almacén” y a punto de caducar: lo que se pida hoy llegará entre agosto y septiembre… lo que debí surtirse en enero

Se intentará comprar por invitación 575 clave por 45 mil millones de pesos cuando originalmente se intentó gastar 240 mil millones de pesos.

@mfloresarellano
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