Redacción

A partir de este martes, gaseros de la Ciudad de México y el Estado de México inician un paro en donde al menos 8 mil pipas distribuidoras de Gas LP dejarán de prestar servicio a clientes no prioritarios.

Los inconformes realizan esta suspensión de labores debido a que las condiciones de precios máximos establecidas por la Secretaría de Energía y la Comisión Reguladora de Energía impiden el desarrollo de esta actividad.

“Hacemos una suspensión de actividades porque no hay condiciones de precio que nos permitan tener un margen operativo”, señala José Adrián Rodríguez, presidente de la Unión de Gaseros del Valle de México.

A este paro de actividades se sumaron trabajadores de Hidalgo y se espera que en los siguientes días también suspendan actividades en Tlaxcala, Veracruz y Puebla, ya que no se puede vender un producto por debajo de su costo.

La razón es que el precio de 11.52 pesos por litro para la capital del país es apenas el precio de operación de las plantas de distribución y las pipas, que son los socios comerciales de las plantas como comisionistas y no empleados de la misma, deja sin margen de ganancia a los comisionistas.

“Si Pemex va a recibir un subsidio de mil 100 millones de pesos mensuales puede sostener estos precios, pero que irónico vas a vender un combustible más barato, pero en realidad lo vas a tomar de los mismos impuestos que le cobras a la gente”, expresó.

“Tenemos una situación de emergencia, el gobierno al crear la Directriz de emergencia que busca tener el mejor precio al consumidor al imponer los precios es una buena intención con una mala operación”, señaló.

Los comisionistas afectados son alrededor de 16 mil personas que están metidas en la entrega final del producto, con ese precio no se tienen ni 100 pesos de utilidad al día, por eso las plantas al no tener garantías laborales van a empezar a cerrar.

“Este acuerdo divide al país en zonas económicas, no lo hace en función de las plantas más próximas a las zonas de consumo, por eso es que puede haber desabasto nacional, porque hay lugares donde simplemente el precio que impone la autoridad no cubre ni el producto”, comenta.

El paro de actividades no afectará a clientes prioritarios, áreas esenciales, como pueden ser los hospitales, comedores públicos o instalaciones vulnerables o áreas Covid.

Rodríguez explicó que los costos de la compra del producto, su logística, transporte y almacenamiento corren por cuenta de los empresarios y sólo en una pequeña parte son sustentados por Pemex.

“El árbitro no es la CRE, es la COFECE, que es la que avala si hay o no condiciones para precios máximos (…) el domingo amanecimos con un precio que en la mayoría de los casos ni siquiera cubre la primera compra que se hizo y se tuvo que vender con pérdida” dijo.

Pemex no tiene el gran total de las operaciones de distribución y trasiego; esas están en manos de los privados. Las pipas que venden el producto terminan comprando a precio máximo autorizado, sin margen para su reserva, eso provocó que desde este fin de semana cayeran las entregas a los consumidores domésticos.

“Nosotros somos ese vínculo entre las plantas y los consumidores finales, con la reforma energética habíamos tenido la oportunidad de trabajar con un precio regulado internacionalmente. El precio del Gas LP no lo dictaminan las plantas, no lo dictamina el gobierno, no lo dictaminan los operadores: se determina en Mont Belvieu, de manera internacional”, señaló.

Se determinó un precio que no toma en cuenta los costos de operación de la última parte de la cadena, las pipas de Gas LP que mueven el producto en las ciudades.

“Pasaron por encima de todos y las plantas están cerrando y a partir de este martes va a ser un día sin Gas LP en la ciudad”.

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