México tiene la capacidad de aumentar hasta tres veces más la producción del cultivo de camarón a través de la acuicultura, que actualmente es de entre 180,000 y 185,000 toneladas, con un valor de mercado del orden 1,000 millones de dólares, sin embargo, la falta energía eléctrica para operar las granjas y de infraestructura donde se ubican las mismas, son una limitante, reconoció el Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal (Conafab).

Marcelo Costero, presidente de Grupo Acuícola de Conafab, detalló que el potencial de esta industria es muy grande, si se compara con Ecuador, quien produce casi un millón de toneladas al año, cuyo litoral es mucho más chico que el estado de Sinaloa.

“Tenemos una gran cantidad de territorio disponible para hacer de esta industria, algo más grande y poder crecer tres veces más de lo que producimos actualmente”, explicó.

Por su parte, Fernando Espinoza, presidente del Comité estatal de sanidad acuícola de Sinaloa, comentó que, luego de acumular un ritmo de crecimiento de 20 por ciento anual, en los últimos dos años, la industria se ha estabilizado para evitar una sobre oferta en el mercado, ante la competencia desleal de parte de Ecuador y así evitar un impacto en la rentabilidad del sector.

Sanidad e infraestructura, entre los retos

De la producción total de camarón de acuicultura, el 95 por ciento proviene de las granjas ubicadas en los estados de Sonora, Sinaloa, Nayarit y Colima. E incluso, esta industria es considerada la segunda más importante en Sinaloa, donde ocupa 80 mil hectáreas, después del maíz, que ocupa 60 mil hectáreas, también ha superado a la papa, tomate y pepino, como consecuencia de una mayor demanda de productos marinos como mariscos y pescados, que se consideran parte de una dieta más saludable.  

En conferencia de prensa, explicaron que, del total de la producción, la industria exporta alrededor de 35, 000 toneladas de camarón de talla grande, cuyos destinos principales son Estados Unidos, China y Europa.

No obstante, Marcelo Costero refirió que, como toda actividad de producción animal, este sector tiene el reto de la sanidad, mientras más se intensifican los cultivos, además de la falta de infraestructura, ya que la producción se lleva a cabo en zonas rurales, además de producir crías de mejor calidad para una mayor supervivencia.

Respecto a la inversión que se destina para la operación de las granjas, consideraron que ésta se ha convertido en un cuello de botella, por las elevadas cantidades de dinero que se requiere. Para los estanques el monto escila entre 10 y 15 mil dólares por hectárea, en caso de ser un sistema semi-intensivo, mientras que, en el intensivo, el monto sube a 40 o 50 mil dólares por hectárea.

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