El linchamiento de tres personas en el municipio de Taxco de Alarcón Guerrero da más vistos de una ingobernabilidad y la disminución autoridad administrada por Evelyn Salgado, ante el delito.
La inacción de las autoridades estatales y el rebase de las municipales frente a una turba enardecida por el secuestro y asesinato de la niña Camila de 8 años de edad, exhibió una vez a la Gobernadora, no solo ante los mexicanos, sino a nivel mundial, por su incapacidad de responder ante una situación de extrema gravedad, como lo ocurrido la tarde del Jueves Santo en una localidad de Guerrero, que atrae a cientos de turistas nacionales y extranjeros, por las festividades religiosas de Semana Santa.
La Fiscalía General de Justicia del Estado tiene uno de los casos más delicados a revolver, por un lado el secuestro y muerte de Camila, y por otro el linchamiento de Ana Rosa Díaz, a quien habitantes de Taxco le dieron muerte e hicieron justicia por propia mano, ante la debilidad de las instituciones de ese fallido Estado.
La muerte de la presunta secuestradora no puede quedar impune, aún cuando haya cometido el ilícito, como tampoco puede quedar sin castigo el asesinato de la pequeña Camila, cuyos padres exigen justicia, aunque ellos ya se la hicieron, no sólo contra sus padres sino su hermano mayor.
Aunque decenas de delitos que se denuncian y los que no se denuncian, en su mayoría quedan en la impunidad, ante la falta de capacidad institucional para investigar y dar solución a las denuncias, no se puede permitir la justicia por propia mano, porque sería un mayúsculo retroceso.
No solo es el caso de Ayotzinapa, del estudiante recientemente asesinado por policías estatales, sino los múltiples homicidios, enfrentamientos, asesinatos en masa, y el continúo acoso a los transportistas que diariamente son víctimas de agresiones que sobrepasan la ficción y también la realidad, y la ola de extorsiones hasta a algunos vacacionistas para permitirles el paso en sus vehículos.
Las tablizas, golpes y humillaciones, tratos degradantes e inhumanos a las víctimas del crimen organizado, son imágenes que le han dado la vuelta al mundo y que más allá de encontrar solución se han agravado y se han vuelto cotidianas ante los guerrerenses y el pueblo de México.
La falta de fuerza del Gobierno guerrerense quedó una vez más de manifiesto con los despidos que hizo la débil gobernadora del Secretario de Seguridad, titular de Gobierno y de la destitución de la Fiscal Sandra Luz Valdovinos, que se negó a acatarla. La falta de atención urgente a la emergencia del huracán Otis, es otra mancha a la gobernadora que este jueves tampoco se manifestó, y cuyo padres, el senador Félix Salgado Macedonio, se ha dejado ver pero bailando en videos, pese a los dramas en su tierra.