*En un entorno post pandémico y cambiante, el mundo se verá afectado y el entorno para el emprendimiento y la innovación no será la excepción. Paradójicamente, también es la oportunidad para detectar nuevas oportunidades de negocio y crecimiento.

En muchos países en la región recién se aplican cuartas dosis de alguna de las vacunas anti COVID que nos ayudaron estar a salvo y sobrevivir en medio de la pandemia. Gracias a la movilización colectiva de empresas privadas y gobiernos tuvimos acceso a la dosis correspondiente que nos permitió salvar nuestras vidas, así como también gracias a la conciencia individual de usar una mascarilla que nos protegiera de recibir o dispersar el virus letal que se llevó por delante a muchas personas, cobrando vidas que en todo caso terminó golpeando nuestro ya de por si deteriorado ánimo. 

El acceso a las vacunas, así como el esfuerzo de soportar una economía bastante empobrecida de por sí, no vino por obra y magia del altísimo, sino de los recursos del gobierno y en la mayoría de las ocasiones de un alto endeudamiento de los mismos para hacer frente a la crisis sanitaria. Hoy en día, esa crisis se traslada al plano económico, el cual también venía en un largo ciclo de bajas tasas de interés, crisis en el sistema de suministro mundial, escasez de mano de obra, una guerra que, aunque nos parezca lejana tiene consecuencias en un mundo globalizado y una escalada de precios debido en gran medida a la inyección que hicieron los bancos centrales y los paquetes de estímulo fiscal para mitigar los estragos de la pandemia.  Tan solo recientemente, los analistas confirman que la economía de Estados Unidos cae 1.6% por encima de lo anticipado en el trimestre anterior.

Todo este coctel está generando una serie de medidas nada favorables para las empresas, inversionistas y el mundo en general, ya que genera despidos masivos, alza en los precios de los productos básicos, la quiebra de varias compañías y un costo del capital cada vez más elevado, debido al alza en las tasas de interés para compensar los efectos inflacionarios.

El mundo del emprendimiento y las inversiones en las startups en la región no se queda exento a este fenómeno y la realidad apunta  ̶ aunque si bien la región comenzaba a disfrutar de los beneficios de la globalización de las inversiones, la cual se había exponenciado gracias a unas tasas de interés de casi cero ̶   a que, como ya hemos podido constatar, continuará habiendo una contracción en el nivel de las inversiones de capital de riesgo en los próximos meses y quizás en un par de años de acuerdo a lo expuesto por diversos analistas económicos.

Ello implica que para muchas de las startups que venían con inversiones tendrán que ajustar su “burn rate”, lo cual, dicho de una forma simple, el burn rate mide cuánto dinero se consume de la caja mes a mes, y aumentar su “runway”, cuánto tiempo tiene la empresa antes de quedarse sin efectivo.

Paradójicamente, para muchas de las startups que aún no reciben inversión, las cuales son más del 90% de las que existen en la región, estas continuarán haciendo “bootstrapping”, significa hacer crecer tu negocio con poco o ningún capital de riesgo o inversión externa y en muchos casos a través de clientes que confían en una incipiente idea.

Sin embargo, para aquellas startups que logren adaptarse a un entorno BANI (Brittle: Frágil, Anxious: Ansioso, Nonlinear: No Lineal, Incomprehensible: Incomprensible) encontrarán sin lugar a dudas nuevas oportunidades de desarrollo de negocios que les facilitará el camino hacia el crecimiento. Por ejemplo, conectar oferta y demanda laboral, educar y desarrollar nuevas competencias a un mundo cambiante “upskilling” o bien adaptar a los colaboradores a nuevos desafíos en las compañías “reskilling”. Nuevos esquemas de financiación o crédito para individuos y el ahora muy famoso “BNPL” (Buy Now Pay Later), el cual para LATAM no es nada nuevo pero que a través de Fintechs ha cobrado un nuevo aire.

En pocas palabras, facilitar el camino para que la fragilidad de las personas e instituciones se combata a través de la atención y empatía ofreciendo soluciones que faciliten su flexibilidad y resiliencia.

• Luis Hernández Alburquerque es Managing Director & Founder en Scale Radical