Redacción

La agricultura puede ayudar a conservar los escasos recursos hídricos del mundo y a garantizar que tengamos suficiente para comer y beber, señaló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Al aumentar la eficiencia, reducir los efectos negativos y reutilizar las aguas residuales, la agricultura ofrece las soluciones para la crisis mundial del agua y es la clave para lograr la seguridad hídrica y alimentaria en el mundo”, así como los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, afirmó María Helena Semedo, directora General Adjunta de la FAO.

En el discurso que pronunció durante la inauguración del 18.º Congreso Mundial del Agua, detalló que dado que la agricultura es responsable de más del 70 % del uso mundial de agua dulce y que la disponibilidad de agua se ve muy amenazada por la escasez de recursos, el cambio climático y la competencia para otros usos, el agua ocupa un lugar destacado en el programa de la FAO.

Cartera de iniciativas sobre el agua

Semedo describió una serie de iniciativas relacionadas con el agua como parte de la “Nueva labor de la FAO relativa al agua”, que se centra en la gestión integrada de recursos hídricos para la agricultura y la seguridad alimentaria y contribuye al logro de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

Gestión sostenible del agua

La directora General Adjunta hizo hincapié en que las soluciones basadas en los ecosistemas y la gestión sostenible de los recursos naturales son clave. Otorgando prioridad a las infraestructuras verdes y azules para la agricultura y para la pesca y la acuicultura, es posible mejorar la calidad del agua, mantener la biodiversidad y brindar otros beneficios a los sistemas agroalimentarios y las zonas rurales.

El éxito de cada uno depende de la integración holística y coherente de la gestión sostenible del agua como parte de las medidas acordadas, especialmente en los sistemas agroalimentarios. “Necesitamos marcos de colaboración entre los gobiernos, las organizaciones internacionales, el mundo académico, las instituciones de investigación, las comunidades locales y el sector privado para garantizar una planificación, financiación, gobernanza y aplicación inclusivas y sostenibles”, dijo.

A medida que nos acercamos al plazo de 2030 para alcanzar los ODS, “tenemos que lograr que fluya el agua para las personas y el planeta”, indicó Semedo.

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