Redacción

La clorofilina parece actuar como un escudo natural contra los daños causados por la radiación ultravioleta del sol.

Las plantas adquieren el pigmento a través de la clorofila, que las mantiene con vida y es un elemento imprescindible para el proceso de fotosíntesis. Debido a sus beneficios en los alimentos de consumo humano, esta sustancia se perfila como un potencial antioxidante. Su presencia en el organismo ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel y mantener un buen estado de salud en las personas, según un estudio publicado en la revista PeerJ.

Acceder a la clorofila sin necesidad de comprar suplementos es posible con una dieta rica en frutas y verduras como el brócoli. Con una alimentación sana, los beneficios del pigmento presente en las plantas también se reflejan en un estado de salud óptimo a lo largo de los años. A través de su consumo, el organismo obtiene vitaminas A, C y E, que mejoran el crecimiento y la reparación de tejidos en el cuerpo.

Debido a esta capacidad, también se ha considerado como uno de los estímulos más poderosos para acelerar la cicatrización de las heridas en la piel. Aunque aún faltan estudios para delimitar y definir con mayor claridad los aportes que tiene para el cuerpo humano, la clorofila tiene varios efectos positivos en la salud que ya se han registrado en la dermatología.

La clorofila tiene un efecto antienvejecimiento

Las espinacas, el brócoli, la col rizada, el perejil y las algas son ejemplos destacados. Incorporar estos alimentos en tu dieta diaria puede proporcionar una dosis constante para el día a día, según un estudio publicado en la revista Molecules.

El envejecimiento de la piel, principalmente causado por la exposición al sol, es una preocupación común. Sin embargo, la clorofila, que se encuentra en una variedad de vegetales verdes, está demostrando ser un remedio efectivo. El estudio mencionado de la Universidad de Heidelberg, Alemania, anteriormente evaluó la aplicación de un gel que contenía clorofilina, un derivado soluble en agua de la clorofila, en la piel. Los resultados revelaron mejoras de manera similar a los tratamientos con tretinoína, una crema con receta conocida por sus efectos antienvejecimiento.

La clorofilina parece actuar como un escudo natural contra los daños causados por la radiación ultravioleta del sol, un factor principal en el envejecimiento prematuro. Este estudio confirma la efectividad en la reducción de los signos de fotoenvejecimiento, lo que sugiere que podría convertirse en un componente crucial en los tratamientos futuros.

Además de su potencial en la piel, la clorofila también ha demostrado mejorar la esperanza de vida en más de un 20%. Esto respalda la recomendación de nutricionistas de consumir vegetales verdes ricos en clorofila, como la espinaca y el brócoli, ya que estos podrían tener un impacto significativo en la salud humana y prevenir enfermedades.

Los productos derivados de la clorofila también ayudan a controlar el acné, de acuerdo con distintos estudios.
“En conclusión, nuestros experimentos demuestran que la clorofila exhibe una actividad antioxidante sustancial in vivo y mejora significativamente la resistencia antioxidante de C. elegans . Más importante aún, la clorofila puede mejorar la esperanza de vida en más de un 20%”, expresaron los autores de la investigación.

Una solución para la cicatrización y el acné
La clorofila también muestra beneficios en la cicatrización y el tratamiento del acné. Varios estudios han demostrado que puede acelerar el proceso de regeneración de tejidos cutáneos, al tiempo que reduce el mal olor en las heridas. En el ámbito de la dermatología, este pigmento de las plantas, en forma de gel, ha tenido potencial como tratamiento alternativo.

Un estudio publicado en la Revista de Medicina en Dermatología (JDD) encontró que el gel de clorofilina ayudó a reducir el acné facial y minimizar los poros visiblemente grandes después de usarlo durante tres semanas. Además, la Academia Americana de Dermatología (AAD) respalda estos hallazgos, lo que sugiere que la clorofila puede ser una alternativa eficaz a los tratamientos tradicionales con efectos secundarios mínimos.

Verduras que tienen clorofila para el consumo humano

El brócoli es una fuente natural de clorofila, cuya presencia en el organismo podría aumentar la esperanza de vida al 20%

Antes de iniciar un tratamiento con clorofila bajo la asesoría de un especialista, habrá que considerar fuentes naturales en las que se puede consumir. Existen alimentos y productos agroalimentarios ricos en este compuesto, específicamente en aquellos de color verde intenso. Las espinacas, el brócoli, la col rizada, el perejil y las algas son ejemplos destacados. Incorporar estos alimentos en tu dieta diaria puede proporcionar una dosis constante para el día a día, según un estudio publicado en la revista Molécules.

Los beneficios de los derivados de la clorofila, según esta investigación, también podrían aportar propiedades antimutagénicas, antigenotóxicas, anticancerígenas y antiobesogénicas. Una de las verduras que contiene mayor valor nutricional y niveles de este pigmento en las plantas es el brócoli. Sus hojas son el objeto de estudio en varios centros de investigación debido a sus efectos en el organismo tras su consumo.

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