El gobierno de Estados Unidos encontró que prevalece el uso de trabajo infantil y forzoso en las exportaciones de chile y jitomates, por lo que monitorea más esos productos, a la vez, trabaja junto con el sector privado y organizaciones no gubernamentales para erradicar esta práctica, la cual tomará años, reconoce Mary C. Ellison, agregada laboral de la embajada americana.

“Esperamos la ayuda de las partes interesadas, tanto el sector privado, el gobierno, los trabajadores y partes interesadas que puedan colaborar, porque lo queremos es que un día ya no se pongan estos productos en el listado, esto va a tomar años”, destaca Mary C. Ellison, al participar en el webinar organizado por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

No obstante, la agregada laboral de la embajada de Estados Unidos manifiesta que se trata de una temática complicada por varios factores como la falta de mano de obra, la pobreza, entre otros, que contribuyen al trabajo infantil y forzoso. Aunque colaboran con diferentes organizaciones como World Vision México y la iniciativa privada para que un día se quiten estos productos del listado.

Eliminar las peores formas de trabajo infantil

Asimismo, ofreció su colaboración al CNA para continuar con la cadena de suministro de los productos agropecuarios de México a Estados Unidos, “lo que queremos hacer es eliminar las peores formas de trabajo infantil y forzoso y asegurarnos de que ustedes pueden exportar estos productos, dada la vinculación de nuestras economías”, indicó.

E incluso refiriere que el T-MEC tiene un Capítulo laboral para proteger a los trabajadores de los tres países socios y que hay una responsabilidad en materia de trabajo infantil y el artículo 23.6 habla de la obligación de eliminar todas las formas de trabajo forzoso.

En este sentido comenta que, en el informe más reciente de 2020, sobre trabajo infantil y forzoso, México registra avances por contar con leyes para enfrentar el trabajo infantil y programas para combatir el problema.

Recientemente la funcionaria americana estuvo en Veracruz y Oaxaca, donde presenció los avances que hay en los programas Campos de Esperanza y EQUAL, implementados por World Vision México en cultivos de caña y café para reducir el trabajo infantil y forzoso y condiciones “no tan buenas”.

No obstante, reconoce que no es tan fácil decir adiós al trabajo infantil y forzoso sin ayuda y sin programa, “eso es lo que está haciendo World Vision México, esta trabando de cerca con los municipios y en la zona fronteriza entre Oaxaca y Veracruz con campañas de sensibilización sobre la importancia de que los niños deben estudiar en lugar de ir al campo porque eso les permitirá una mejor calidad de vida”.

El campo, con menor verificación de normas

En el mismo foro virtual, Juan Cortina Gallardo, presidente del CNA, reconoció que las exportaciones agroalimentarias de México tienen como principal destino Estados Unidos, cuyo comercio supera los 40 mil millones de dólares, por lo que se debe cuidar el comercio bilateral.

En este sentido, el representante de la cúpula agropecuaria, señaló que el propio capítulo 23 del T-MEC habla del cumplimiento de las obligaciones laborales, igual que la legislación mexicana y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por lo que el CNA promueve la capacitación, autoevaluación y la certificación de empresas agroalimentarias en el rubro laboral.

Lo anterior, permite que los agremiados cumplan con lo establecido en materia laboral para que los trabajadores tengan mejoras laborales, junto con sus familias, los cuales son fundamentales en la producción de alimentos, agregó.

El gobierno estadounidense ha puesto el foco en los campos agrícolas porque “la mayor proporción de trabajo infantil se presenta ahí, y porque es uno de los sectores” con menor verificación de las normas, señala el programa Campos de Esperanza, una iniciativa de la organización de asistencia World Vision.

Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI), el sector agrícola es el que más ocupa las fuerzas de niñas, niños y adolescentes. Los últimos datos de esta medición, financiada por el gobierno estadounidense, reflejan que la población que labora en el campo es cercana a 589,300 menores de edad; donde el 87% son varones.