Les dio mucha cuerda… / Por JHAD

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El problema de la inseguridad en nuestro país no es nuevo. Ningún gobierno ha sido capaz de encontrar una estrategia eficiente que pueda controlarlo. Es un monstruo que crece, se multiplica y se vuelve invencible.

Se esperaba que el gobierno actual sería el único que lograría apaciguar a las bandas delincuenciales que han hecho de nuestro país una sucursal de la impunidad.

De hecho, esa fue una promesa de campaña y una esperanza por la cual 30 millones de electores se manifestaron, pidiendo un cambio real, eficiente y sólido.

Sin embargo, el tiempo ha pasado y la seguridad del país sigue sufriendo los estragos de los grupos criminales quienes son dueños absolutos de las calles sin que nadie, hasta el momento, los frene.

Se esperaba que la Guardia Nacional sería el estandarte del nuevo gobierno y su sola presencia ahuyentaría a los criminales, pero eso no sucedió.

Una ridícula frase sirvió para empoderar a los malosos, quienes se sintieron protegidos al escuchar ese juego de palabras que ha sido el hazme reír de todos: Abrazos no balazos.

Y aunque desde su concepción la frase es absurda -porque la seguridad no se negocia, se ejerce y así lo establece la Constitución en su artículo 21-, solo que en este gobierno la ley se viola de manera continua.

Y si a esa frase ligera se le agrega la férrea defensa que se hace todas las mañanas a los criminales -a quienes según el presidente se les debe tratar como seres humanos-, el caldo de cultivo es suculento para las bandas delictivas.

Acostumbrado a resolver los problemas por la vía discursiva, este gobierno insiste en decir que la inseguridad ha ido a la baja desde que llegó al poder, sin embargo, la cruda realidad que se vive en el país dice lo contrario.

Sumado a la mala estrategia del gobierno para frenarla, se agrega al escenario el cansado discurso del abrazos y no balazos donde los más beneficiados, lamentablemente son los delincuentes.

La expectativa del cambio verdadero tenía como eje central, el combate a la corrupción y a la delincuencia, pero muy pronto le tomaron la medida al gobierno y hoy estos grupos criminales están muy fortalecidos.

En ningún país del mundo se les dan concesiones a los delincuentes y en nuestro país el presidente los defiende porque son seres humanos.

Fortalecidos e impunes, éstos le han tomado la palabra al mandatario y se pasean por la mayoría del país sembrando miedo, destrucción y muerte. Ni el mejor discurso lo puede ocultar.

Por eso, nadie se sorprenda, los delincuentes están empoderados y seguirán haciendo de las suyas. Cuentan con el apoyo moral de un personaje que prometió combatirlos, y que nunca lo ha hecho y como van las cosas no lo hará jamás.

Tantas palabras bonitas hacían ellos los fortalecieron. Por eso actúan con impunidad y tienen convertido al ciudadano común en un inofensivo rehén.

Mientras esto pase, el pueblo tendrá que defenderse como le sea posible. Quien está obligado a cuidar su integridad, ha sido omiso y ha olvidado el deber constitucional de hacerlo.

Lo único que ha hecho con mucha exactitud es darles cuerda a los malandros, quienes felices hacen de las suyas en este país ensangrentado.

Dicho esto, con todo respeto.

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