Desde la llegada de Miguel Alemán Valdés a la presidencia de México en 1946, el poder civil retomó las riendas del país, sin embargo, durante varias décadas los militares mantuvieron en sus manos el destino de la nación y la lucha de distintos grupo por la silla presidencial dio lugar a la Revolución.
Entre 1824 y 1946, el país vio desfilar a 32 presidentes con formación militar, entre quienes destacan mandatarios históricos, debido a su impacto en el cauce que tomó la vida social, como Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.
Guadalupe Victoria no sólo fue el primer presidente formal de la naciente República, sino que fue el primero de los militares en tomar el mando de millones de mexicanos y justamente la lucha entre los hombres de formación castrense arrastró al país a un periodo convulso durante casi un siglo.
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Entre 1829 y 1917 se volvió recurrente que la silla presidencial fuera ocupada hasta por tres presidentes en un sólo año, hasta que la dictadura del general oaxaqueño Porfirio Díaz impuso un periodo de paz por casi 30 años, pero a costa de sacrificar la democracia y las libertades de millones de ciudadanos.
Aunque en el transcurso de ese siglo hubo periodos de alternancia entre los gobiernos civiles con los militares, la constante lucha entre los liderazgos de las Fuerzas Armadas llevó al país a décadas de inestabilidad política y económica.
El listado de presidentes de México con formación militar es la siguiente:
Guadalupe Vctoria, Vicente Guerrero, Anastasio Bustamante, Melchor Múzquiz, Manuel Gómez Pedraza, Antonio López de Santa Anna, Miguel Barragán, Nicolás Bravo, Valentín Canalizo, José Joaquín de Herrera, Mariano Paredes, José Mariano Salas, Pedro María Anaya, Mariano Arista, Manuel María Lombardini, Martín Carrera, Rómulo Díaz de la Vega, Juan Álvarez, Félix María Zuloaga, Manuel Robles Pezuela, Miguel Miramón, Porfirio Díaz, Juan Méndez, Manuel González, Victoriano Huerta, Eulalio Gutiérrez Ortiz, Roque González Garza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Abelardo L. Rodríguez, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho.
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Con la creciente militarización del país en los últimos años, analistas políticos han advertido sobre la posibilidad del regreso de este grupo al máximo poder en México.
En octubre de 2022, el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, declaró que un militar sí podría acceder al poder como titular del Poder Ejecutivo, siempre y cuando se someta a las urnas, sin embargo, días después el presidente Andrés Manuel López Obrador descartó esa posibilidad.
“”Los militares están dedicados a sus misiones. Nosotros Tenemos un Ejército muy leal a las instituciones y un ejército obediente a los gobiernos legal y legítimamente constituidos, no tenemos un ejército golpista, al contrario, el ejército actual surge para oponerse al golpe de estado”, dijo López Obrador en su conferencia mañanera del 25 de octubre de 2022.
Los comentarios de Adán Augusto López se fundamentaban en el artículo 82 de la Constitución, donde establece que un militar puede presentarse a la candidatura para la presidencia de la República, pero debe solicitar su baja de las Fuerzas Armadas por lo menos seis meses antes del día de la elección.
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La Revolución Mexicana, que se desarrolló entre 1910-1920 fue el periodo más violento para la historia de la nación, y aunque la consigna inicial era dar fin al porfiriato, terminó por dar paso a una serie de gobiernos posrevolucionarios, con resultados sangrientos.
Estas administraciones fueron lideradas por diferentes generales revolucionarios como Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. Fue durante el gobierno de Plutarco Elías Calles, también denominado como “El Maximato”, que el poder se institucionalizó a través de un único partido político, el cual sirvió para transferir el poder sin un estallido violento.
Para 1946, México ya estaba encaminado a una estabilización política bajo el gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que surgió como una plataforma que integraba a militares y civiles. Fue en este año cuando Miguel Alemán Valdés, un civil, fue electo presidente.
