Redacción

En la reunión, que tiene lugar casi cuatro años después de la entrada en vigor del acuerdo, estuvieron presentes las ministras responsables del Comercio de los tres países: Katherine Tai de Estados Unidos, Raquel Buenrostro de México y Mary Ng de Canadá.

En un comunicado conjunto, las tres ministras destacaron que han dado instrucciones para que se “redoblen los esfuerzos que fomenten la total implementación, lo que ayudará a asegurar que la economía norteamericana siga sirviendo como modelo para la competitividad, así como un crecimiento robusto, amplio y justo”.

Posteriormente, señalaron que el acuerdo deberá ser revisado por los tres países en 2026 y que es crucial “progresar hacia la plena implementación del acuerdo” en este periodo.

Uno de los temas abordados por las ministras en Phoenix fue la implementación completa de la Decisión Número 5, que entró en vigor en febrero de 2023. Esta medida tiene como objetivo evitar la interrupción de los flujos comerciales en Norteamérica durante situaciones de emergencia.

Los tres países también han acordado fortalecer la cooperación respecto a las “prácticas de otros países” en sectores como el automotriz, las cuales socavan el acuerdo y perjudican a los trabajadores en Estados Unidos, Canadá y México.

Durante la reunión en Phoenix, las representantes de Estados Unidos y Canadá aprovecharon para mantener reuniones bilaterales con la secretaría de Economía de México. Tanto Estados Unidos como Canadá expresaron sus preocupaciones a México sobre algunas de las políticas implementadas por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

En concreto, el Ministerio de Comercio Internacional de Canadá señaló en un comunicado que Ng expresó a Buenrostro su preocupación sobre “las políticas de México en energía renovable, minería y la nueva ley de una dieta adecuada y sostenible”.

La ministra canadiense “también subrayó la necesidad de proteger la integridad del mercado norteamericano para el acero y aluminio”.

Industria automotriz mexicana y TMEC
Agrupaciones de la industria automotriz mexicana se comprometieron a colaborar con el próximo presidente, enfocándose en la revisión del T-MEC en 2026 y el “nearshoring”.

“(Vamos a) trabajar con quien ocupe la presidencia de la república a partir del 1 de octubre, desde el momento en que inicie la transición, el sector automotor reafirma su fe en México y su decisión de seguir invirtiendo”, dijo Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Odracir Barquera, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), explicó que México se ha consolidado como una potencia a nivel mundial y, por ello, la próxima presidenta o presidente enfrentará retos como el ‘nearshoring’, la revisión del T-MEC y la agenda 2030 de los objetivos de desarrollo sostenible.

Además, enfatizó la necesidad de garantizar condiciones adecuadas para que el “nearshoring” y la electromovilidad impulsen el crecimiento económico y el desarrollo durante las próximas décadas en México.

Al ser preguntados sobre los beneficios o riesgos de los aranceles de Estados Unidos a los vehículos chinos, Rosales indicó que este asunto está vinculado a consideraciones geopolíticas y es coyuntural debido a las elecciones estadounidenses en noviembre próximo.

En este sentido, los líderes destacaron la importancia de que México se prepare para el “nearshoring” mediante la garantía del Estado de derecho, la mejora de la infraestructura logística y de comercio exterior, el suministro de energía suficiente, limpia y a precios competitivos, y la disponibilidad de capital humano adecuado.

La importancia de la industria automotriz para México radica en que representa casi el 4 % del producto interior bruto (PIB) nacional y el 20,5 % del PIB manufacturero, más que ningún otro sector, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).