El 82% de los alimentos, incluidas harinas, totopos, botanas, hay presencia de transgenes, dicen los especialistas

México no perdió el panel se solución de controversias con Estados Unidos sobre maíz genéticamente modificado por una cuestión de fondo, “ni siquiera sería legítimo que eso sucediera, porque las tres panelistas que emitieron el fallo, en relación a la controversia iniciada por el gobierno de Estados Unidos contra el decreto presidencial emitido el 13 de febrero de 2023 en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), son expertos en comercio internacional, no son especialistas en biotecnología ni científicos”.

Así lo dio a conocer Monserrat Téllez, coordinadora de Incidencia Política de Semillas de Vida, al precisar que lo que sí se dijo que las medidas de México son legítimas.

“Este panel nos permitió evidenciar los conocimientos con los que contamos que refuerzan la pertinencia de estas medidas”, expuso al participar en el panel: El maíz transgénico en México: contexto actual y perspectivas de futuro.

Tras el fallo, agregó, el gobierno de México reavivó una reforma, presentada con una nueva versión que se había elaborado por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador y presentado en febrero de 2024 a los artículos 4º y 27 constitucional, donde se planteaba la posibilidad de prohibir en el plano constitucional la siembra de maíz genéticamente modificado, regular su consumo y evitar que el grano que se importa, que viene con potencial para germinar, no tenga ningún impacto en el centro de origen como lo es México.

Pérdido diversidad del grano, afectaría calidad de vida

Por su parte, la investigadora del Instituto de Biología de la UNAM, Ana Laura Wegier Briuolo, comentó que la diversidad del grano otorga certeza en la inocuidad de los alimentos que ingerimos en el país. Es algo que ha ocurrido desde hace muchos años y que debemos valorar.

Además, explicó, la calidad del grano descarta el temor de heredar las semillas a las siguientes generaciones, y de intercambiarlas con otras personas.

Lo que estamos viendo con nuestros socios comerciales de Estados Unidos, abundó, es que han perdido las variedades que eran diversamente internas y se han cambiado por otras totalmente homogéneas, las cuales obedecen a las leyes del mercado, son semillas patentadas.

Sin embargo, también ocurre en México. “Estamos perdiendo diversidad de forma acelerada y si no trabajamos para que esta curva vuelva hacia arriba, vamos a ver un retroceso en la calidad de vida”.

Para David Rivero Fragoso, abogado de la Demanda Colectiva de Maíz, la República mexicana es autosuficiente en la producción de dicho insumo para consumo humano, pero para abastecer la industria de productos como dulces, comida chatarra, textiles o para alimentar al ganado, se requiere gran cantidad de tierra que bien podría destinarse a otros cultivos, incluso a recuperar áreas naturales protegidas.

Fallo reta a la soberanía mexicana

Estimó absurdas las reglas del T-MEC y refirió que las evaluaciones de riesgo no fueron acordes con lo establecido ahí y en otros códigos internacionales, pero en términos simples por eso México perdió, porque no logró demostrarlo; en mi opinión no le correspondía hacerlo, sino a Estados Unidos, sobre todo porque ese país cuenta con la información de los organismos genéticamente modificados que produce.

A su vez, Alma Piñeyro Nelson, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, opinó que el fallo final “en ciertos aspectos nos pone en una condición de vulnerabilidad, complica el escenario de bioseguridad de México y, hasta cierto punto, sigue retando la soberanía mexicana para tomar decisiones en función de la salud de sus habitantes, sus maíces, agroecosistemas y ecosistemas naturales”.

Una de esas vulnerabilidades es la falta de trazabilidad del grano genéticamente modificado que entra por millones de toneladas por diferentes fronteras del país. Fue sorprendente encontrar en 82 por ciento de los alimentos, incluidas harinas, totopos, botanas, etcétera, la presencia de transgenes, concluyó.