Redacción

En 2022 México produjo más películas que nunca, 258, cifra que va acompañada de mayor diversidad, inclusión y descentralización, esto por segundo año consecutivo, según dio a conocer del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).

María Novaro, directora general del Imcine presentó el Anuario Estadístico de Cine Mexicano, donde aseguró que ni siquiera en la llamada Época de Oro del séptimo arte en México se produjo tal cantidad de material como en 2022.

“Por segundo año consecutivo, tras la pandemia, cuando se desplomó la producción, los índices han subido fuertemente y este año el número de largometrajes es de 258, un número similar al de año pasado y récord para el cine mexicano en toda su historia, ni en la época de oro se producía tanto cine”
En el informe se mencionó que el 46% de las producciones contó con algún tipo de apoyo público, después de un año en el que el gobierno mexicano recibió diversas críticas por su escaso apoyo a esta industria.

Además, incidió, el cine producido fue “más diverso, incluyente, igualitario y descentralizado que nunca”, 21 largometrajes fueron realizados por cineastas indígenas o afrodescendientes, 20 de ellos en lenguas originarias.

“El cine mexicano se está enriqueciendo con voces que antes no estaban reflejadas, y ahora son un porcentaje importante”, celebró Novaro,

Pese al aumento de producción, la cineasta mencionó que en la industria se necesita seguir luchando por políticas públicas que apoyen que los números crezcan

En el anuario de 2022 se buscó enriquecer la diversidad nacional, por ello es que integraron nuevas estadísticas e información sobre la participación de mujeres, indígenas y afrodescendientes en la producción de cine, según se resaltó en el informe.

Asimismo, se hizo énfasis en temas como el feminismo, afrodescendientes, perspectiva de género, diversidad sexual y de género, cine para infancias y discapacidad y accesibilidad.

Como novedad, la edición de 2022 incluyó una sección acerca de la preservación del patrimonio cinematográfico mexicano y otro sobre la relación entre la música y el cine.

“Seguimiento de películas mexicanas producidas durante el 2020 y 2021″, “Cine mexicano en distintos espacios de exhibición”, “Cine mexicano en festivales y eventos cinematográficos nacionales” y “Cine mexicano en festivales y eventos cinematográficos internacionales” fueron las nuevas secciones.

Otro de los aspectos que destacaron las responsables del anuario fue la creciente descentralización del cine en México, que se expande a nuevos territorios; el avance el cine experimental; o los 195 reconocimientos recibidos en 34 países.

Asimismo, se destacó la desigualdad en la distribución de su contribución al productor interior bruto (PIB), del 0.04%. Según datos recogidos en el informe, de cada mil pesos generados por el cine mexicano, 784 van a las empresas, 213 a las familias y 3 a los impuestos de producción.

“Cuando hablamos de desigualdad, es que se genera riqueza y está mal distribuida. Si solo ocurriese en el cine, yo me iría muy tranquila”, ironizó la presidenta del INEGI, Graciela Márquez.

Las ponentes también lamentaron la poca asistencia que registran las salas de cine en el país (el 8% dice no querer ir) y el exceso de producciones estadounidenses, que es de alrededor del 80%.

“El cine americano no está matando y hay que comenzar a combatir desde del Gobierno y la comunidad, para que el cine no sea solamente visto como un producto de intercambio mercantil, sino que sea nuestro reflejo cultural e identitario, nuestra memoria”, exhortó la directora del Festival Internacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Abril Alzaga.

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