En su más reciente columna para la cadena internacional Deutsche Welle, la periodista de investigación, Anabel Hernández, señaló que actualmente hay varios indicios que parecen indicar que estamos ante el comienzo de lo que parecer ser una nueva “dictadura perfecta”, pero ahora encabezada por Morena.

Hace 32 años el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, bautizó al gobierno de México, entonces encabezado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), como la “dictadura perfecta”.

En su más reciente columna para la cadena internacional Deutsche Welle, la periodista de investigación, Anabel Hernández, señaló que actualmente hay varios indicios que parecen indicar que estamos ante el comienzo de lo que parecer ser una nueva “dictadura perfecta”, pero ahora encabezada por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

“En esa nueva versión, el ejército ya no parece conformarse con servir de apoyo al régimen de turno, como en el pasado, sino que ahora quiere cogobernar”, escribió la autora de libros como Emma y las otras señoras del narco El traidor: el diario secreto del hijo del Mayo.

Como contexto de sus afirmaciones, la comunicadora mencionó las recientes filtraciones del grupo de hacktivistas “Guacamaya” y el hecho de que el pasado 4 de octubre el Senado de la República aprobara la permanencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad hasta el 2028.

“Al llegar a la presidencia en 2018, AMLO, en vez de regresar a los militares a los cuarteles, comenzó a darles un poder inconmensurable, como nunca antes había ocurrido en los últimos 50 años”, reiteró la periodista.

“Desde los primeros meses de gobierno, la SEDENA se convirtió en uno de los principales contratistas del Estado, quien los ha enriquecido con presupuesto y les ha garantizado a perpetuidad el usufructo de los beneficios que generen obras como el Tren Maya y el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Aunque se pagaron con dinero público de toda la sociedad, las ganancias serás destinadas a pagar las pensiones de militares”, refirió.

Paulatinamente, señaló Hernández, el presidente López Obrador ha entregado al ejército el control de aduanas, puertos y aeropuertos, que anteriormente estaban en manos de la administración civil.

La escritora también puso de relieve casos mediáticos en los que ha estado involucrado el ejército, como la exoneración del general y ex titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos, a pesar de que Estados Unidos lo había arrestado por presuntos vínculos con el narcotráfico; y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014; para hablar sobre casos puntuales en los que desde la presidencia se protege al ejército.

“Cuando, en este Gobierno, hubo funcionarios que tenían la intención de llegar al fondo y consiguieron 20 órdenes de aprehensión contra militares, la SEDENA logró que se eliminaran 15 de estas órdenes y, en las otras cuatro ejecutadas, presionó al presidente para que fueran liberados”, mencionó Anabel Hernández.

A todo ello se suma lo que la periodista llamó la “descomposición” de Morena, es decir, la repetición de esquemas de corrupción que antes adoptaba el PRI y que ahora parecen formar parte de las políticas del partido fundado por López Obrador.

“Esta descomposición no es exclusiva de Morena, pero es más grave porque es el partido mayoritario: tiene la Presidencia, gobierna en 21 de los 32 estados del país, y ejerce el poder de manera autoritaria, no solo hacia afuera, sino incluso al interior del partido”, señaló Hernández.

Precisamente la información interna de la Sedena, ventilada en los últimos días a través de los “Guacamaya Leaks”, confirmó la penetración del crimen organizado en los gobiernos estatales y municipales de Morena.

“México está tomando un camino cada vez más peligroso. La explosiva situación que combina autoritarismo, militarismo, popularización de actitudes fascistas y el poder del crimen organizado no va a terminar bien si los ciudadanos con cultura de legalidad, pensamiento libre y democrático se quedan cruzados de brazos en casa. Estamos en los albores de una nueva ‘dictadura perfecta’ y corremos el peligro de irnos a dormir como ciudadanos y despertarnos como esclavos”, concluyó.

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