Redacción

En la semana de la celebración del Día Mundial de la Alimentación, las organizaciones civiles El Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) lanzaron un pronunciamiento ante la preocupante inacción de los estados por brindar espacios de protección infantil como lo es una escuela saludable, en donde se garantice el bienestar presente y futuro de niñas, niños y adolescentes.

Por medio de un reporte, recordaron que México presenta uno de los mayores retos en salud pública por malnutrición, ya que ocupa el Quinto lugar de obesidad en el mundo, y advierte un aumento particularmente rápido de la obesidad infantil, proyectando que para 2030, siete millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 19 años vivirán con dicha condición (43 por ciento de la población).

“La obesidad no sólo afecta la calidad de vida, la educación, la salud física y mental, también tiene catastróficas e insostenibles consecuencias económicas para el país, puesto que su atención asciende a más de 650 mil millones de pesos anuales (tres por ciento del PIB)”, alertaron las instituciones.

En ese sentido, dijeron que uno de los principales determinantes de la epidemia de obesidad infantil es la mala alimentación, la cual actualmente resta 4 años de esperanza de vida a las generaciones más jóvenes. Lo anterior se atribuye en gran medida a la presencia de entornos no saludables en donde niñas y niños se desenvuelven, incluyendo las escuelas.

En México, la mayoría de los entornos alimentarios escolares se caracterizan por la presencia de una oferta desmedida y constante de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, y las escuelas de la región centro y sur del país son un claro ejemplo.

Particularidades agravadas de los entornos alimentarios en las escuelas de la región centro – sur del país:

  • Sureste (Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán): No hay acceso a agua potable y alimentos saludables como frutas, verduras, semillas y cereales integrales. Dominan los alimentos y bebidas no saludables.
  • Suroeste (Guerrero, Oaxaca y Chiapas): 8 de cada 10 escuelas venden refrescos. En contraparte, solo 1 de cada 10 escuelas cuenta con acceso a agua potable. Dominan los alimentos y bebidas no saludables.
  • Este (Puebla, Veracruz, Tlaxcala e Hidalgo): Menos del 20% de las escuelas tiene acceso a agua potable y alimentos saludables. Dominan los alimentos y bebidas no saludables.
  • Centro sur (Morelos, Estado de México y Ciudad de México): 97% vende frituras, dulces y golosinas, y 8 de cada 10 escuelas tienen veta externa de productos ultraprocesados.

Al respecto, Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable declaró que “parte del lema de este año en el Día Mundial de la Alimentación es no dejar a nadie atrás, sin embargo, las escuelas del centro – sur del país están dejando en completo abandono la salud y nutrición presente y futura de las y los escolares, situación similar al del resto del país, aunque se trata de una población en mayor vulnerabilidad”.

A pesar de las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y las organizaciones de las Naciones Unidas para fortalecer y hacer cumplir las regulaciones sobre los entornos alimentarios en las escuelas, los intereses privados siguen impidiendo la transición de las escuelas a espacios saludables.

Vanessa Gamboa, representante de Alternativas en Salud y Desarrollo declaró que “las escuelas son un claro ejemplo cómo se va perdiendo nuestra cultura gastronómica debido al desplazamiento de consumo de alimentos naturales por el de ultraprocesados, cuando en realidad éstas deberían jugar un papel importante como vinculo en la recuperación de los saberes y sabores de las cocinas mexicanas.

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