• El ex árbitro mexicano y actual comentarista de TUDN reconoció que en un inicio pensó en convertirse en futbolista profesional y rechazó la idea de ser silbante, pero años más tarde un evento lo haría cambiar de opinión

Red de corresponsales

Marco Antonio Rodríguez, mejor conocido como Chiquimarco, fue uno de los árbitros más reconocidos en el fútbol mexicano. Con una trayectoria de 19 años silbó partidos de Copas Mundiales, finales de la Liga MX, Copa Oro, Copa Libertadores y demás competencias de talla internacional y nacional.

Sus polémicas decisiones lo llevaron a ser identificado por los aficionados como un árbitro controversial, pero también querido por los fanáticos del fútbol. Pero antes de convertirse en árbitro de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) pensó convertirse en jugador y estar del otro lado de las decisiones deportivas.

Chiquimarcoperteneció a escuelas de América y Pumas para empezar con su formación profesional, sin embargo, un hecho lo hizo cambiar de decisión y pertenecer al sector “odiado” del fútbol azteca. En charla con el programa La pelota al que sabe de TUDN, Marco Antonio contó por qué decidió ser árbitro y no jugador.

A pesar de que se considera a la familia como el principal motivo para tomar una profesión, en el caso de Chiquimarco las cosas no fueron así y él tomó su propia decisión de emprender su formación en las escuelas de arbitraje de México.

“No vengo de familia arbitral, siempre hay una referencia. En mi caso no, yo era futbolista, jugaba en la escuelita del América, mi papá me llevó ahí, luego con Pumas”

Durante su niñez Antonio Rodríguez sintió gusto por el balompié nacional pero un evento catastrófico para la Ciudad de México cambió sus planes. Cuando tenía cerca de 12 años vivió el terremoto de 1985 que tuvo una magnitud de 8.1, diferentes construcciones de la capital mexicana se derrumbaron y la ciudadanía atravesó una crisis.

Ante tal panorama, la familia de Chiquimarco decidió mudarse a Nayarit en donde empezaron una nueva etapa.

“Viene el terremoto del 85 y pronto nos vamos a Nayarit. Y en Nayarit tenía 14, 15 años para jugar como menor en la tercera división del Deportivo Nayarit con Nico Ramírez, mi compañero de generación. De pronto el entrenador en turno me dijo: ’Sabes te falta más potencia, ven al siguiente año’”, recordó el ex árbitro internacional de la FIFA.

El rechazo lo orilló a hacerse a otros deportes como el triatlón y buscar la meta de colarse a algunas olimpiadas juveniles. Pasó el tiempo y cuando estaba en la preparatoria recibió la invitación de uno de sus compañeros para convertirse en silbante de fútbol.

En primera instancia el Chiquimarco rechazó la idea pues consideró que la profesión del árbitro es muy polémica y desgastante en el fútbol mexicano. Pero el Mundial de Italia de 1990 le abrió la perspectiva al ex silbante mexicano.

“Paralelo se estaba jugando el mundial del 90 y mis padres tenían negocios, dejé de estudiar ese periodo. Me iba a los negocios, teníamos una lavandería y me ponía a ver todo el mundial. De pronto llega la noticia de que Edgardo Codesal dirige la final de la Copa del Mundo, algo sucedió en mí”.

Al ver que un árbitro mexicano estaría en la Copa Mundial en el máximo evento del fútbol internacional, Marco Antonio pensó que él también podría hacerlo y se preguntó si con preparación podría llegar a un mundial.

“Si yo me preparo para las copas, si yo me preparo como árbitro empezando en Nayarit en el barro en el fútbol infantil ¿puedo aspirar a Copas del Mundo?, ‘claro hay que prepararse’ entonces. Y dije ‘bueno voy a empezar ser árbitro, voy a tres mundiales y me retiro, ya empiezo y así fue”

Puso en marcha su plan y estudió en el ahora Colegio para árbitros de Fútbol del Estado de Nayarit y poco a poco emprendió una carrera hasta tener una amplia trayectoria en la Liga MX, el reconocimiento de FIFA y la oportunidad de trabajar en Copas mundiales.