La empresa de Microsoft se saltó de Windows 7 y 8 al 10, dejando un “hueco” entre las generaciones de su sistema operativo

Redacción

Las actualizaciones que llegarán a Windows 11, han recordado que en el pasado nunca llegó Windows 9 a pesar de que todo el mundo lo esperaba después de que el Windows 8 decepcionó a millones de usuarios.

A pesar de los años, aún es un misterio por qué no llegó a existir. Sin embargo, Microsoft, empresa responsable, tuvo sus razones de peso para decidir saltarse un número en sus generaciones de sistemas operativos. Spoiler: separarse inmediatamente de su pasado, como si quisieran empezar desde cero.

Borrón y cuenta nueva

Microsoft se ha distinguido por su innovación tecnológica, así que con Windows 8 apostó por la posibilidad de tocar la pantalla de la PC o portátil, en una especie de híbrido entre tableta y computadora. Sin embargo, nunca fue una función tan poderosa como para que se convirtiera en una tendencia global.

Aunque el sistema operativo quiso hacer algo diferente para distinguirse, unificando la interfaz del móvil con la del ordenador o la portátil, no funcionó del todo bien la idea, pues hacía sentir a los usuarios que algo estaba faltando para cuajar.

Entre estirones, Microsoft intentó parchar las críticas y errores con el Windows 8.1 que lanzó en 2013, el cual permitió a los usuarios iniciar sesión directamente en el escritorio clásico, pero no fue suficiente.

Más tarde la tecnológica comenzó a trabajar en un reemplazo para subsanar la catástrofe. A finales del 2013 se empezó a hablar de la próxima gran versión de Windows, la cual lógicamente todos esperaban que fuera 9, para suceder Windows 7 y Windows 8.

No obstante, llegado el tiempo la compañía lanzó el nuevo sistema operativo bajo el nombre de Windows 10, saltándose el 9. La propuesta fue mucho más potente de lo que se esperaba, pues pretendía unificar el ecosistema de dispositivos Microsoft. Es decir, dando al usuario la oportunidad de gobernar la PC, tablet, móviles o la propia Xbox One.

Aún así la compañía tecnológica no dijo nada sobre el salto numérico, no obstante, Terry Myerson, responsable del desarrollo apuntó en 2014 que: “basándonos en el producto que llegará, y lo diferente que será nuestra estrategia en general, que no sería correcto llamarlo Windows 9″.

Además, tampoco estaba en planes llamarlo Windows One y hacer que empatara con la línea de consolas Xbox One, además de que hubiera cabido oportunidad a la confusión, ya que la versión original, lanzada en 1985, se llamó Windows 1.0.

Una de las teorías de por qué no existió en Windows 9 señala que pudo haber sido a causa de una superstición, ya que en Japón el número 9 es de mala suerte. Por supuesto, esta idea parece no tener mucho que ver en la decisión de la compañía.

Lejos de supersticiones y teorías de los usuarios, la razón más acertada sería que Microsoft quería dar “borrón y cuenta nueva”, claramente, sin cambiar el nombre de Windows que había sido su estandarte por años.

Así, de pasar de 8 al 10, la estrategia de marketing daba una sensación de un avance y mejoras superiores, separando su tropiezo de la nueva ambición tecnológica. El nombre nuevo, sin duda funcionó y a partir de entonces ya no ha habido otro salto de números en su generación de sistemas operativos.

Actualmente, ya se encuentra Windows 11, el cual está estrenando mejoras, sin embargo, sigue sin lograr el mismo éxito que su antecesor, Windows 10.