Redacción

La Ciudad de México (CDMX) verá el nacimiento de un volcán al sur del territorio, según el estudio Método para pronosticar la localización de un nuevo volcán al sur de la Ciudad de México, publicado en la Revista Especializada en Ciencias Químico-Biológicas. Los especialistas Hugo Delgado Granados, del Instituto de Geofísica de la Universidad Autónoma de México (UNAM), y Roberto E. Villalpando Cortés, de la Universidad Autónoma de México (UAM), explicaron en este documento que el proceso podría durar años antes de erigirse otro volcán.

Aunque la zona que había llamado a la atención de los geólogos alrededor del mundo es el Cinturón de Fuego que, según National Geographic, concentra el 90% de los sismos en el mundo y el 75% de los volcanes activos, Los investigadores mexicanos enfocaron su atención en la CDMX y la actividad magmática que habían identificado como posible creador de nuevos volcanes cercanos a zonas densamente pobladas.

En esta ocasión, el sur de la capital es el lugar de los hechos. Los investigadores dieron con la ubicación al intentar monitorear las exhalaciones de dióxido de carbono de la tierra y con ello, descubrieron un nuevo volcán nacerá en la CDMX con el pasar de los años. En este periodo, intervendrán sismos, actividad volcánica, el flujo magmático y las condiciones en la que se encuentre el suelo.

El Campo Volcánico Chichinautzin
En el estudio de los investigadores Villalpando y Delgado aparece un factor clave para explicar por qué nacerá un nuevo volcán: el Campo Volcánico Chichinautzin (CVC). Los campos volcánicos monogenéticos se definen como zonas en las que surgen volcanes mediante la acumulación de los productos eruptivos. Lo anterior forma la estructura de los volcanes y flujos de lava que puede escapar a través de las fisuras de estos cuerpos. Al sur de la CDMX se encuentra uno de estos lugares bajo el suelo que a diario pisan los capitalinos.

Otro aspecto clave es para la formación de un nuevo volcán monogenético son las fracturas y las fallas. Debido a lo anterior, se dificulta establecer el lugar exacto del nacimiento de un cuerpo de este tipo; sin embargo, al localizar el campo volcánico puede conocerse dónde será más probable que uno de estos fenómenos naturales surja. Esto solo será posible si la actividad tecntónica aumenta y posibilita el escape de la lava mediante la formación de un cráter.

Debido a los patrones tectónicos más activos en la región, los investigadores pudieron trazar una guía en la que descubrieron emanaciones de dióxido de carbono. La zona a la que apuntan las evidencias es la CDMX, donde se ubica una porción del CVC cerca de las alcaldías Xochimilco, Milpa Alta y Tlalpan. Por lo tanto, los autores del estudio advierte que si un nuevo volcán nace al sur de la capital podría traer consecuencias negativas para la vida económica y social del país.

Además, este territorio es propicio para la formación de un volcán porque el CVC tiene al menos 220 estructuras volcánicas cuaternarias, con volcanes escudo, flujos de lava, conos de lava, conos de escoria y de ceniza. En estos campos monogenéticos, se crea un nuevo cráter para que la lava se expulse, contrario a lo que pasa con el Popocatépetl en el que se expulsa el material por el mismo lugar.

Los sismos también juegan un papel importante
Con el monitoreo de las emisiones de dióxido de carbono, se identificaron las zonas geológicamente más activas de la región del CVC. El punto al sur de la CDMX en cuestión es llamado PT40, esta anomalía también es considerada por los investigadores como un precursor de sismos futuros. Además, represente un área activa que podría ser usada por magmas en ascenso.

Con el escape de lava a través de cráteres diferentes y los sismos, podrían formarse volcanes nuevos en la CDMDX; sin embargo, el proceso tomaría años y necesitaría de la actividad de otros cuerpos de este tipo para formarse en un tiempo corto. Las preocupaciones se concentran en la intensidad de las actividades volcánicas y las fallas entre placas tectónicas que puedan suceder en el futuro.