Redacción
Luego del decreto emitido por el gobierno federal, a finales de 2020, que pretende que prohibir el uso de glifosato en 2024, por considerarlo un producto químico como tóxico, productores granos de pequeña y mediana escala y de corte comercial de frutas, hortalizas y granos, exhiben la viabilidad de producir mediante prácticas agroecológicas y libres del herbicida con ganancia en todos los sentidos respecto de la agricultura que usa agroquímicos.
Así lo dio a conocer la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, al precisar que testimonios evidencian beneficios en rendimiento, rentabilidad, mejora de los suelos, cuidado de los recursos naturales y en la oferta de alimentos saludables.
Al participar en el webinar “La transición de la agrobiotecnología a la agroecología en México y los retos de la política comercial de Estados Unidos”, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, recordó que decreto publicado el 31 de diciembre de 2020 ordena la reducción gradual del uso del glifosato para lograr su sustitución total al 31 de enero de 2024.
“El gobierno determinó una reducción de 25 por ciento en las importaciones de glifosato, para 2021, en 2022 será del 50 por ciento, en 2023, un avance más de 25 por ciento y, en 2024 la cifra de importación deberá ser cero”, dijo en el encuentro organizado por el Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP), de Minneapolis, y por la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).
Eliminación de glifosato obedece a daños a la salud
México importó 178 mil 479 toneladas de glifosato entre 2010 y 2019; cuyo comercio está altamente concentrado, de los 42 compradores, cinco son responsables del 77 por ciento y una sola compañía adquiere la mitad del volumen.
El 50 por ciento de ese glifosato se utiliza en maíz y cítricos, el resto se aplica en praderas, sorgo, algodón, caña de azúcar, café, aguacate, nopal, soya y otros.
Explicó que las razones del Gobierno de México para eliminar el uso de este herbicida atienden daños a la salud y al medio ambiente.
Destacó la labor de la Estrategia de Acompañamiento Técnico del programa Producción para el Bienestar, la cual propicia prácticas agroecológicas en maíz, milpa, frijol, arroz, trigo, café, caña de azúcar, cacao, miel de abeja y leche, con una cobertura de 34 regiones, en 28 estados de la república, con mil 67 técnicos agroecológicos y sociales en campo y una atención a 44 mil productores.
Detalló que productores de soya, cítricos y banano informaron que el uso de microorganismos y otros bioinsumos, así como prácticas agroecológicas incluido el control biológico de plagas, han propiciado mejoras productivas.
Por su parte, Leonel Ibarra, director de la empresa social Impulso Rural, en Sinaloa, sostuvo que productores agremiados de soya lograron subir de dos toneladas por hectárea a 2.8 entre el ciclo primavera/verano 2019 y el mismo ciclo de 2020.
En su intervención en el webinar, la investigadora de la Universidad de Waterloo, Jennifer Clapp, reportó que el uso de glifosato en el mundo pasó de poco más de 50 millones de kilogramos en 1990 a 850 millones en 2014 y desde entonces ha continuado creciendo, al tiempo que han ido en ascenso las malezas que se han hecho resistentes al glifosato.
Entre 1985 y 2000, el uso del glifosato en el planeta se elevó debido a su relación intrínseca con los cultivos transgénicos, entre 2000 y 2015 tuvo un nuevo impulso gracias a la autorización de siembra de nuevos transgénicos y nuevos usos, por ejemplo, como desecante de cultivos antes de la cosecha, y a partir de 2015 se ha fortalecido debido a su validación en la llamada agricultura de precisión, agregó.