Por Joel Hernández

En octubre de 1994 México vivía momentos muy críticos dentro de su vida política, violencia a la cual no estábamos acostumbrados; asesinato del candidato a la presidencia a la República, acribillan a José Francisco Ruíz Massiu, desapariciones implicadas con el caso Colosio y por si fuera poco, Pulp Fiction se estrenó en ese año y qué mejor homenaje a esa violencia mexicana, que hablar de Pulp Fiction y su 25 aniversario de haber salido a la pantalla grande.

Si usted amigo lector internauta, cuenta en su vocabulario con las frases “soy cinéfilo de corazón”, “Travolta no baila tan bien”, “No me gustan las películas violentas”, “¿Porqué no sale Eugenio Derbez si se filmó en Los Ángeles?”, es claro que lo que podría leer a continuación no le hará ningún aporte a su escaso criterio dentro del cine, por favor siga su vida viendo a Laura, escuchando música de banda o comprándose ropa en Costco o Sams.

Hollywood siempre nos ha demostrado que van a pasar por quien sea, con tal de mantener sus “buenos valores”, en la entrega de los premios de 1995 Forrest Gump le gana Pulp Fiction, aún cuando el film de Tarantino había ganado la Palma de Oro en Cannes. La Academia gringa se pareció a la Academia de TV Azteca.

Nominada a 7 Oscares, sólo se llevó Mejor Guión Original y Tarantino comenzó diciendo “Ha sido un año muuuuy extraño y podría decir toooooooodo lo que pienso, pero…no lo haré”, obvio, se iba a cagar en todo el sistema, los iba hacer añicos, los iba a destruir, pero, para la tranquilidad de Hollywood, no lo hizo. Ese discurso hubiera sido maravilloso.

Con reparto espectacular, con presupuesto de 8 millones de dólares (recaudando 213 millones worldwide), con todo “el aparato” apoyándolo, Quentin hizo una película que se convirtió en referencia cultural y eventualmente cambió el cine en los 90.

Violenta, sarcástica, emocionante, estructurada, inteligente, Tarantino con 30 años de edad, tuvo la oportunidad de dirigir a Samuel L. Jackson, Harvey Keitel, Uma Thurman, Bruce Willis, Tim Roth y por supuesto, John Travolta.

Un amigo hace dos días me dijo:

“Mi pregunta siempre ha sido: ¿cómo se te ocurre un concurso de twist y cómo lo haces encajar tan bien, tan suave? Es decir, tienes a Travolta y debes aprovecharlo bailando. ¿Pero cómo lo logras sin que salga de contexto?”, ah bueno, lo pones en una cena y una malteada de $5 usd, la charla estúpida y perfecta y de paso le insertas el cliché de ese actor en específico, aunque tenga cero que ver y lo haces bailar. Puta madre. Una de las secuencias con las referencias en la cultura pop.

Recuerdo haber visto la escena del masaje de los pies donde Jules (Samuel L. Jackson) le dice a Vincent Vega (John Travolata) que Marsellous exageró al matar uno de los miembros de la banda porque le dio un masaje de pies a su esposa. Vincent tiene un argumento: Todos los masajes de pies significan algo. (Y tu, ¿Le darías un masaje de pies a un hombre? Jajajajaja)

Pulp Fiction define un lenguaje visual, estructuras sólidas de continuidad a nivel imagen y a de guión, éste último, fue escrito a finales de 1992, cabe señalar que Quentin hizo el guión de Reservoir Dogs y Natural Born Killers, dirigida por Oliver Stone.

 

Quentin acaricia la perfección en la forma en como dirige y crea un personaje, “obliga” a la excelencia al actor, lo acerca a lo más profundo de si mismo, tal efecto lo podemos ver desde Reservoir Dogs ,con el increíble y espectacular dialogo de Tim Roth cuando cuenta la anécdota que lo “acredita” como miembro de la banda.

Harvey Keitel, el Judas de Martin Scorsese, Bruce Willis, después de ser John McClane en Die Hard y ya era una súper estrella, Samuel L. Jackson ya había sido dirigido por Steven Spielberg, Scorsese, Spike Lee y el mismo Tarantino, y ni que decir de John Travolta, que se convirtió en un icono de la cultura pop en los 70, gracias a Saturday Night Fever y Grease, ambas películas alcanzaron niveles brutales de popularidad en esos años.

Ver a todos estos actores siendo dirigidos por Tarantino, pudo haber sido raro, no te esperas que Bruce Willis salga en la película y que su papá sea Christopher Walken, no te esperas que Travolta baile, tenga cara de malo y se drogue durísimo, no esperas que el mismo Tarantino salga “echando madres” de la falta de profesionalismo de Jules y Vincent, no esperas que Keitel aparezca de traje y diciendo como se hacen las cosas. No esperas que la palabra “FUCK” se mencione más de 250 veces. Fuck!

Pulp Fiction tiene una de las mejores bandas sonoras en la historia, Tarantino mismo supervisó todas y cada una de las canciones seleccionadas, desde el Chuck Berry, el surf setentero, hasta el funk de Kool and Gang, el soundtrack cae en lo sublime, ya que cada momento donde una de estas canciones aparece, cuenta con muchas texturas en la pantalla que, de forma obligada (una vez más) nos funde con la experiencia de la película.

Tarantino y su film le compite sin ningún problema a cualquier clásico del cine mundial, Hitchcock, Fellini, Coppola, Kubrick, Scorsese, Allen, Kurosawa, Tarantino entró a esa liga a sus escasos 30 años… ¡No mames!

La frase es absolutamente un cliché, pero, no se podría comprender el cine actual sin Tarantino, no podríamos comprender a Di Caprio, ni a Brad Pitt o Uma Thurman, no hay forma de verlos de manera normal, Tarantino tiene sus alter egos y los respeta a cabalidad.

¿Qué chingados hacías tu a los 30?