Hace pocos días, el Congreso de Oaxaca despenalizó el aborto por todas las causales hasta la semana doce de gestación. Con esta modificación a su código penal, esta entidad se convirtió en la segunda en el país, después de la Ciudad de México, donde ninguna mujer será sujeta a medidas punitivas legales por interrumpir su embarazo durante el lapso referido.

Poco se habla de las heridas emocionales que pudieran surgir en la mujer después de la interrupción de su embarazo, independientemente de las razones que la llevaron a tomar esa decisión.

Y con menos frecuencia se habla respecto a que el embarazo como tal, puede ser la razón de esas secuelas y que justo su interrupción aliviaría el dolor, como sería en el caso de una violación. Será tema futuro para esta columna.

Así, como todo ser humano, cada mujer tendrá sus particulares herramientas de afrontamiento para transitar de manera aceptable por las fases del proceso de duelo.

¿Qué es el proceso de duelo?

Va más allá que superar el dolor, que “echarle ganas” como seguramente te han dicho. Requiere de una reprogramación psíquica donde reconstruyas tus prioridades y tu interés emocional se enfoque en nuevos intereses o retomes los que ya tenías.

Algo muy importante: El duelo es necesario para el reconocimiento de la realidad y evitar la introspección que pudiera llevarte a un duelo patológico, es decir, a una inestabilidad emocional crónica.

¿Estoy en un proceso de duelo?

Lo estás si…

  1. Has perdido el interés en lo que sucede a tu alrededor.
  2. Tus pensamientos y tu sentir están enfocados al cien por ciento con la interrupción del embarazo.
  3. Te sientes incapacitada o limitada para retomar tu vida escolar, laboral y de familia.
  4. Estás entregada “incondicionalmente” a la tristeza, enojo, y/o sentimientos de culpa por el suceso.
  5. Buscas auto castigarte.
  6. Disminuye tu autoestima.
  7. Sientes arrepentimiento

Etapas del duelo

Algunos autores hablan de tres fases y otros de cuatro. Aquí te presento lo más esencial de diversas aportaciones:

Etapa Uno: De evitación, es decir la negación de la pérdida. Es el momento más traumático.

Etapa Dos: De reconocimiento de la pérdida. Es crucial para continuar con el desarrollo del proceso de duelo.

Etapa Tres: De confrontación, donde principalmente las emociones como enojo, culpa, y/o tristeza, se exasperan por lo que es común que aparezcan episodios de depresión, y acciones de autocastigo y constantes autoreproches.

Etapa Cuatro: De restablecimiento emocional que implica la aceptación de la realidad, es decir, que la perdida es irreversible.

Es importante mencionar que si te quedaste “atorada” en la etapa dos o tres. El proceso de duelo se convierte en patológico y no habrá alivio al sufrimiento psíquico. Es urgente que pidas ayuda a un especialista.

¿Qué hago para transitar con éxito por el proceso del duelo?

  1. Lo ideal es acudir con un psicoterapeuta especializado en tanatología.

2. La verbalización constante de lo que implica para ti el suceso o la perdida, te ayudará a liberarte del dolor. Busca a alguien de tu confianza que esté dispuesto a escucharte las veces que sean necesarias.

3. Necesitas sentir, pensar y recordar lo relacionado al hecho. Con ello estás trabajando tu duelo.

  1. Piensa en algo: A diario perdemos algo, en mayor o menor escala. Es parte de la vida. El aparato psíquico está preparado para ello, pero es evidente que la intensidad del duelo, dependerá del tamaño de la pérdida.

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