Redacción
El día de hoy, 27 de julio de 2023, Google conmemora en su Doodle diario al destacado poeta y funcionario Ramón Modesto López-Velarde Berumen, conocido artísticamente como Ramón López-Velarde por su 135º aniversario de su natalicio.
A sus cortos 33 años, López-Velarde dejó un legado literario notable que lo llevó a ser apodado “El poeta nacional” debido a su destacada contribución al movimiento modernista.
Nacido el 15 de junio de 1888 en Jerez de García Salinas, Zacatecas, desde temprana edad mostró un interés innato por la poesía y la literatura. Su talento lo llevó a alcanzar la fama dentro de los círculos literarios mexicanos, donde se destacó por su estilo lírico y evocador.
Además de su pasión por la poesía, también se involucró activamente en la política, respaldando abiertamente las reformas propuestas por Francisco I. Madero, a quien tuvo el privilegio de conocer en persona en 1910.
Aunque obtuvo el título de abogado en 1911 y asumió el cargo de juez de primera instancia en el pueblo de Venado, en el estado de San Luis, pronto abandonó esta posición y se trasladó a la Ciudad de México, esperando que el nuevo presidente de la República, Madero, le brindara algún puesto de confianza. Sin embargo, este anhelo no se cumplió, posiblemente debido a su postura como católico ferviente.
En 1912, Eduardo J. Correa, antiguo protector de López-Velarde, lo llamó para colaborar en el prestigioso diario católico “La Nación” de la Ciudad de México. En esta publicación, el poeta escribió diversos poemas, reseñas y artículos políticos en los que incluso se mostró crítico hacia figuras como Emiliano Zapata.
Aunque abandonó el periódico antes de la sublevación del 9 de febrero de 1913 en la capital, que llevó al poder a Victoriano Huerta, López-Velarde buscó refugiarse de los disturbios en San Luis Potosí, donde estableció su bufete. Durante esta época, también se enamoró de María de Nevares, a quien cortejaría a lo largo de su vida, aunque nunca llegaron a casarse.
Finalmente, a principios de 1914, se estableció definitivamente en la Ciudad de México. Fue en esta época cuando Venustiano Carranza asumió el liderazgo en México, y se inició una etapa de relativa calma en el país.
A pesar de la influencia dominante del postmodernista Enrique González Martínez en la poesía mexicana de esos años, López-Velarde mostró su preferencia por el poeta José Juan Tablada, con quien mantuvo una amistad cordial y compartió afinidades literarias. Además, el trabajo del argentino Leopoldo Lugones tuvo un impacto significativo en la obra del poeta mexicano.
La Revolución Mexicana y el Legado Poético de López Velarde
Años después de la partida del querido Poeta Nacional Ramón López-Velarde, su obra literaria sigue resonando en la memoria colectiva de México. Con apenas 33 años de edad al momento de su fallecimiento, el poeta dejó un legado artístico significativo y una huella imborrable en el movimiento modernista del país.
Después de consolidarse en el ámbito literario mexicano, publicó en 1916 su primer libro titulado “La sangre devota”.
En esta obra, el poeta expresó su añoranza por su natal Jerez y su primer amor, “Fuensanta”, manifestando una conexión profunda con la liturgia católica y su infancia provinciana. A pesar de esta nostalgia, su poesía se caracterizó por un toque irónico y distanciado, como reflejado en el poema “Tenías un rebozo de seda…”, donde se autodenomina como un “seminarista, sin Baudelaire, sin rima y sin olfato”.
En 1917, la muerte de su amor de juventud, Josefa de los Ríos, apodada “Fuensanta”, impactó profundamente al poeta. Este evento marcó el inicio de la preparación de su siguiente poemario, “Zozobra”, que se publicaría dos años más tarde.
En esta obra, la ironía se convirtió en un elemento dominante, y López-Velarde presentó una poesía que combinaba experiencias de su vida en la provincia y en la capital. El libro fue bien recibido por la crítica y se considera una de las mejores obras del poeta, caracterizada por su uso inusual de vocabulario, metáforas sorprendentes y un humorístico manejo de la rima.
El año 1920 trajo consigo la sublevación del general Álvaro Obregón y el fin del gobierno de Venustiano Carranza, un período que había sido de estabilidad y desarrollo creativo para López-Velarde.
A pesar de la incertidumbre inicial, el poeta encontró un nuevo espacio de expresión y difusión de sus ideas al ser nombrado secretario de Educación por José Vasconcelos, quien buscaba impulsar una renovación cultural en el país.
Bajo este nuevo rol, López-Velarde colaboró en revistas como “México Moderno” y “El Maestro”, donde compartió su ensayo “Novedad de la Patria”, un texto significativo que sentó las bases para su poema más famoso, “La suave patria”. En esta obra, el poeta se muestra como un testigo de los cambios sociales y políticos de la Revolución Mexicana, expresando una visión apasionada de la patria y sus costumbres.
Fallece el Poeta Nacional Ramón López-Velarde, su legado perdura y se consolida
A pesar de haber transcurrido más de un siglo desde su partida, el legado del Poeta Nacional Ramón López-Velarde continúa siendo reconocido y apreciado en el ámbito literario mexicano. El 19 de junio de 1921, a la temprana edad de treinta y tres años, el célebre poeta dejó este mundo, pero su obra perdura y sigue generando admiración y análisis entre críticos y amantes de la poesía.
Según el certificado de defunción, falleció a causa de una bronconeumonía que se complicó debido a la sífilis que padecía. A pesar de su prematura partida, dejó para la posteridad dos obras inéditas: “El son del corazón”, que vería la luz en 1932, y “El minutero”, una obra de prosa publicada póstumamente en 1923, por sus deudos.
A pesar de su partida, el impacto de su obra siguió creciendo con el paso del tiempo, y el 15 de junio de 1963 sus restos mortales fueron trasladados a la prestigiosa Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México, honrando así su legado literario y su aporte a la cultura del país.
La obra de López-Velarde no solo fue celebrada por su estilo lírico y evocador, sino que también atrajo la atención de figuras destacadas del ámbito literario, como José Vasconcelos Calderón, quien le rindió honores como poeta nacional, resaltando especialmente su poema “La suave patria” como una expresión suprema de la nueva mexicanidad surgida de la Revolución.
Múltiples interpretaciones y apropiaciones se tejieron en torno a su obra: los poetas del grupo “Los Contemporáneos” lo consideraron, junto a José Juan Tablada, como el inicio de la poesía mexicana moderna, mientras que Xavier Villaurrutia subrayó la centralidad del poeta en la historia literaria del país y lo comparó con el francés Charles Baudelaire.
El estudio más completo sobre la figura de López-Velarde fue realizado por el estadounidense Allen W. Phillips en 1961, pero la obra del poeta jerezano también fue objeto de un esclarecedor análisis por parte de Octavio Paz, quien destacó la modernidad de su estilo y su relación con otros autores importantes como Jules Laforgue, Leopoldo Lugones y Julio Herrera y Reissig.
En Argentina, Borges y Adolfo Bioy Casares expresaron admiración por el talento de López-Velarde, elogiando su manejo del lenguaje poético y la intensidad de su obra.
Hoy, su legado sigue inspirando a poetas y escritores, y su impacto perdura en la literatura mexicana.
En la actualidad, la Casa del Poeta, ubicada en la Ciudad de México y que fue su morada durante los últimos años de su vida, sirve como un tributo a la memoria del talentoso poeta y como un lugar donde los amantes de la literatura pueden apreciar y reflexionar sobre su valiosa contribución a la cultura del país.
La figura de Ramón López-Velarde sigue viva en la poesía mexicana y continuará inspirando a generaciones futuras de escritores.