De enero a mayo de 2024, 34.7% de los incendios forestales ocurrieron por quemas agropecuarias no controladas, lo que pone en riesgo la vida de los productores, daña los ecosistemas y degrada los suelos

A través de la iniciativa “Mi parcela no se quema”, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural reforzó sus acciones de capacitación, concientización y difusión de prácticas alternativas al uso de fuego, para contribuir a reducir la incidencia de estos siniestros en el plano nacional.

De enero a mayo de este año, 34.7 por ciento de los incendios forestales ocurrieron por quemas agropecuarias no controladas, lo que pone en riesgo la vida de los productores, daña los ecosistemas y degrada los suelos y, a su vez, erosiona los suelos y merma el rendimiento de los cultivos, subrayó Agricultura.

El suelo ha tardado cientos y hasta miles de años en formarse y por una práctica inadecuada, como es la quema, puede perderse y degradarse, por lo que es fundamental promover prácticas agrícolas sostenibles que garanticen la seguridad alimentaria de las comunidades rurales, resaltó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula.

Reiteró que en la presente administración se han diseñado y puesto en marcha programas y acciones en beneficio de una agricultura sostenible, que consideran la promoción de la salud y cuidado de los suelos agrícolas, el uso adecuado del recurso hídrico y mayor aprovechamiento de la agrobiodiversidad.

Quemar parcelas aumenta riesgo de incendios forestales

Enfatizó que estas medidas prioritarias inciden en el incremento de la productividad y el bienestar de las familias rurales, quienes se encuentran en el centro de la estrategia del sector agropecuario.

Para quienes decidan realizar una quema, Villalobos Arámbula recomendó hacerlo con responsabilidad y apegado a la NOM 015, que establece las especificaciones técnicas para hacer uso del fuego, con la intención de reducir todos los riesgos.

La quema de parcelas es ancestral porque es el método de preparación de los suelos para cultivo con menor esfuerzo y tiempo, sin embargo, aumenta el riesgo de incendios forestales y ocasiona severos daños en la biodiversidad, señaló.

En las parcelas causa la pérdida de organismos y microorganismos encargados de la descomposición de la materia orgánica, aireación del suelo y liberación de nutrientes, elementos indispensables para producir más y mejores cultivos, explicó.

Promueven alternativas al uso del fuego

Subrayó que desde el año 2020, a través de “Mi parcela no se quema”, se promueven alternativas al uso del fuego en los sistemas de producción agropecuaria, en donde el rastrojo se reincorpora al suelo en lugar de quemarse, permitiendo así proveer de materia orgánica a los suelos, favorecer la retención de humedad y, en consecuencia, disminuir los accidentes que pueden provocar incendios forestales.

La incorporación de rastrojo al suelo –picado, molido o con maquinaria agrícola– actúa como cubierta protectora, al mantener la humedad del suelo y prevenir la erosión causada por el viento y el agua. Esta acción también es benéfica durante períodos de sequía o en regiones donde el suministro de agua es limitado, observó.

Adicionalmente, refirió, con la descomposición de los rastrojos se liberan nutrientes y se reduce la necesidad de aplicar fertilizantes químicos.

El rastrojo también ayuda a suprimir el crecimiento de malezas, al bloquear la luz solar que necesitan éstas para germinar, indicó.

Aunque el fuego también se utiliza para controlar plagas y enfermedades, los avances y la difusión de la agricultura de conservación y manejo sostenible de los suelos ha permitido a los productores apoyarse de insectos, hongos y bacterias benéficas para controlar especies dañinas, agregó.