Las demandas que plantea la industria de biotecnología de Estados Unidos –al gobierno mexicano sobre el decreto que apunta a eliminar gradualmente el maíz genéticamente modificado y el herbicida glifosato para 2024– son injustificadas, dado que el texto del acuerdo comercial preserva el derecho de México, “a decir no a los transgénicos”

Lo anterior lo manifestó Karen Hansen-kuhn experta del Instituto para la Política Agrícola y Comercial de lo Estados Unidos, al precisar que el capítulo sobre medio ambiente del Acuerdo, reconoce la soberanía de México en estas decisiones.

Al participar de manera virtual en la conferencia Día Nacional del Maíz. ¡Conmemoremos sin glifosato ni transgénicos!, la especialista detalló que la sección de biotecnología agrícola del T-MEC no crea obstáculos a las restricciones a los transgénicos.

Destacó que el artículo 3.14.2 reconoce el derecho soberano y que “no obliga a una Parte a emitir una autorización de un producto de la biotecnología agrícola para que esté en el mercado”. “Así que está muy claro”, agregó.

Buscan prohibir el glifosato, gobiernos locales estadounidenses

En su mensaje grabado que se transmitió en el Foro que organizó la subsecretaría de Alimentación de la Secretaría de Agricultura, Hansen-kuhn abundó que, en el capítulo referente al medio ambiente, en su artículo 24.3.1 se reconoce el “derecho soberano de cada Parte a establecer sus propios niveles de protección ambiental y sus propias prioridades ambientales, así como a establecer, adoptar, o modificar sus leyes y políticas ambientales consecuentemente”.

Al referirse al tema de la viabilidad legal del decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020, en el marco del T-MEC, la especialista agregó incluso en el artículo 24.15 referente a Comercio y Biodiversidad refiere que cada Parte promoverá y fomentará la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, de conformidad con su ordenamiento jurídico o política”.

Además, reconoce “la importancia de respetar, preservar y mantener el conocimiento y las prácticas de los pueblos indígenas y las comunidades locales”.

En este sentido, reconoció que, a pesar de las disposiciones legales, hay bastante presión de la industria de biotecnología de Estados Unidos y que incluso van a continuar presionando a México y aclaró “pero no es algo acordado en ese acuerdo”.

No obstante, dijo que en el propio Estados Unidos hay varios personas y gobiernos locales que desean otro tipo de agricultura y que buscan limitar o prohibir el uso de glifosato y otros pesticidas.

“Hay un mercado creciente en Estados Unidos para productos no transgénicos que podría llegar a más de mil millones de dólares en los próximos años”, indicó Hansen-Kuhn.