Redacción

La seguridad es la principal preocupación de los mexicanos, costarricenses y chilenos, en un porcentaje que duplica con creces la media de los países miembros de la OCDE, y es una cuestión que también inquieta mucho a los colombianos, aunque para ellos un tema todavía más grave es la corrupción.

Esos cuatro países latinoamericanos, pero también Suecia, se distinguen por colocar la acción contra la delincuencia y la violencia como una prioridad, muy por encima de la inflación, que es la que domina en la mayor de los otros Estados, señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En su segunda edición de la encuesta sobre la confianza en las instituciones publicada este miércoles, que se realizó entre octubre y noviembre de 2023, la inseguridad aparece como una preocupación para el 30 % de los consultados en los 30 países que participaron en el estudio.

Sin embargo, ese porcentaje alcanza máximos del 69,8 % en México, del 65 % en Suecia, del 62,9 % en Costa Rica, del 62,2 % en Chile y del 52,9 % en Colombia.

Colombia es el único de los cinco en el que las personas consultadas mostraron mayor inquietud por otra cuestión, en este caso la corrupción (56,3 %). También eran cuestiones destacadas la inflación (43,6 %), el desempleo (40,5 %) y la pobreza y la desigualdad social (37,6 %).

La sorpresa de encontrar a Suecia en ese grupo de países muy inquietos por la inseguridad puede explicarse por los problemas de delincuencia organizada que han afectado a ese país en los últimos años.

Las grandes preocupaciones de los mexicanos, aparte de la inseguridad, son el desempleo (43,6 %), la inflación (42,9 %) y la corrupción (41,6 %).

Para los chilenos son la inflación (42,4 %), la inmigración (36,4 %), la corrupción (31,7 %) y el desempleo (29 %).

Para los costarricenses son el desempleo (57,5 %), la corrupción (42,7 %), la inflación (40 %) y la pobreza y la desigualdad social (38,8 %).

En el conjunto de los treinta miembros de la OCDE el tema del que más se quejan los encuestados es, con mucha diferencia, las subidas de precios y la inflación (58,5 %), seguido de la pobreza y la desigualdad social (32,8 %), la delincuencia y la violencia (30,2 %), los servicios esenciales (como la sanidad, 28,4 %), la inmigración (24,8 %) y la vivienda (23 %).