Red de Corresponsales

La urbanización hace que la Ciudad de México (CDMX) y la zona metropolitana suban su temperatura. El crecimiento desorganizado de la población y el territorio, junto con el cambio de uso del suelo, impiden la filtración pluvial; esto genera inundaciones y calor.

Lo anterior mencionado es de los resultados obtenidos por parte de la investigación de la Dra. Elda Luyando López y la Dra. Telma Castro Romero, pertenecientes al Centro de Ciencias de la Atmósfera, institución perteneciente a la Universidad Autónoma de México (UNAM).

Resulta que la CDMX tiene una temperatura más alta que las registradas en las entidades conurbanas, esta diferencia puede variar en hasta 10 grados centígrados.

“El centro de la ciudad, al no contar con áreas verdes ni cuerpos de agua, que son sumideros de calor, se comporta como una zona desértica. Tenemos una superficie urbanizada que se calienta mucho durante el día”, aseguró Luyando López.

Telma Castro Romero, por su parte, dice que a este fenómeno se le llama “Isla de calor” y debe servir como ejemplo para que otras ciudades planeen mejor su urbanización.

Los periodos cálidos son cuando pasan tres o más días con temperaturas que superan los 30 grados. De 1877 a 1887 solo pasó dos veces; de 1961 a 1970 sucedió ocho veces y del 2011 a 2010 fueron 18 ocasiones.

Asimismo, como las tierras que absorben el agua han sido consumidas por la mancha urbana, el agua no se filtra y hay más lluvias intensas. Esto, a su vez, provoca que el drenaje se vea superado y las coladeras se tapen con sólidos.

A principios del siglo XX había 10 lluvias torrenciales al año, pero ahora son 25, de acuerdo con las observaciones del Observatorio de Tacubaya.

El continuo crecimiento de áreas urbanas hace que se produzcan más contaminantes atmosféricos. Lo cual va a causar cambios climáticos a escala global si no se hace algo y se repiensa la urbanización, considera Castro Romero.