La investigación clínica podría ser un factor positivo en la mejora de calidad y esperanza de vida de los mexicanos -se prevé un crecimiento en el promedio de edad de 75.1 a 76.7 años para el 2030- convirtiéndose en un motor de innovación y crecimiento en el país, señalan expertos.

En el marco del Día Mundial de la Investigación Clínica, la Dra. Gabriela Dávila, directora Regional de Investigación Clínica para Europa, Canadá y América Latina de Pfizer, enfatizó que “la investigación clínica es clave para países como México dado que es una actividad económica de alto valor ya que impacta positivamente en la salud de las personas mejorando y extendiendo su calidad de vida, a la par de fortalecer los sistemas de salud locales”.

Para la investigadora, nuestro país tiene un gran potencial clínico debido a la prevalencia de ciertas enfermedades, lo cual nos convierte en un posible hub de investigación y desarrollo que ayude a combatir a los padecimientos que más atañen a los mexicanos.

Importancia de la Industria biofarmacéutica

Si bien la reciente emergencia sanitaria ha logrado voltear la mirada hacia las compañías enfocadas en salud, este sector lleva muchos años siendo uno de los principales motores de las economías a nivel mundial. De hecho, la contribución de la industria biofarmacéutica al PIB mundial es de 1,383 mil millones de dólares mientras que se emplean cerca de 5.5 millones de personas en todo el mundo.

Para lograr esto, la investigación y desarrollo (I&D) son pilares para desarrollar nuevos y mejores medicamentos y vacunas para prevenir y tratar enfermedades. “Se trata de un sector particular que, a través de la ciencia, genera cambios inmediatos e impactos positivos en la vida de las personas. Esto, además de ayudar a curar enfermedades, contribuye a que aumente la esperanza de vida de las y los mexicanos”, asegura la Dra. Dávila.

La apuesta de Pfizer por la Investigación Clínica

En este contexto, Pfizer se ha encargado de colocar la investigación clínica como una de sus prioridades de negocio. A nivel general, el 15% de sus ingresos se destinan a la investigación y desarrollo de nuevas moléculas, mientras que, a nivel local, en México, se impulsa la I&D asignando tan solo en los últimos 10 años, mil millones de pesos para estudios clínicos.

Para Marina Sánchez, Directora de Operaciones de Centros Clínicos en Latinoamérica de Pfizer “esto se refleja en un constante desarrollo de moléculas nuevas que buscan atacar a enfermedades a las que hoy en día no hay cura o tratamiento”. Es importante resaltar que tan solo en México, Pfizer cuenta con 34 estudios clínicos distribuidos en 81 sitios de investigación mismos que se encuentran en toda la república. En dichos estudios la principal área terapéutica está enfocada en oncología.

“Nuestra meta es seguir impulsando la investigación y desarrollo. En este año tenemos planeado iniciar nuevos estudios clínicos en 30 sitios de investigación”, agrega la científica y vocera de Pfizer. “Por fortuna, esta visión de Pfizer no es exclusiva para México ya que en toda América Latina, durante 2021, se incrementó en un 25% los estudios clínicos implementados”, finalizó.

Retos y prioridades de la investigación clínica

En este contexto, ambas expertas de la compañía biofarmacéutica coinciden en que los retos y prioridades para la investigación clínica permanecen. Uno de ellos es la digitalización en todos los procesos, tarea en la que Pfizer trabaja a marchas forzadas para eficientar. Al tiempo, las investigadoras también coinciden en que la vinculación “triple hélice” o gobierno con academia y el sector industrial, también es prioritaria para mejorar los tiempos para el desarrollo de moléculas nuevas.