La falta de articulación entre la educación básica y la media superior podría aumentar el riesgo de deserción escolar y disminuir el talento que accede a educación superior

De implementarse, como está planteado, el nuevo plan de estudios de la Secretaría de Educación Pública (SEP) habrá un retroceso en la educación y generación de talento en México, lo cual se traduciría en el largo plazo en menor crecimiento económico, advierte el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

La pandemia dejó fuera del sistema educativo mexicano a 1.5 millones de estudiantes y ocasionó un rezago educativo equivalente a dos años de escolaridad. De acuerdo con el Banco Mundial, este rezago podría resultar en una disminución de 8% en los ingresos a lo largo de la vida de los estudiantes.

A pocas semanas de iniciar el ciclo escolar 2023-2024, el Centro de investigación en política pública detalla que las dudas continúan respecto a la viabilidad y proceso de implementación, así como su potencial para hacer frente a la pérdida de aprendizajes y el abandono escolar.

“Si bien la educación a nivel global se está transformando, es necesario que se haga por medio de planes que respondan a una estrategia de largo plazo, con una ruta crítica, planes sintéticos finalizados y capacitaciones integrales para docentes. No obstante, a tan solo unas semanas para su implementación, aún no hay claridad para las comunidades educativas”, indica el organismo.

Agudizaría problemática educativa

Al analizar el nuevo plan de estudios de la SEP, el IMCO señala que se podría agudizar la problemática pedagógica de México al no incluir a las matemáticas y la ciencia; descartar la educación como herramienta para la formación de capital humano; e incluso, provocar mayor deserción escolar al romper la conexión de la educación básica y media superior.

Detalla que, si bien la educación en el plano global exige constantes cambios para adaptarse a las nuevas realidades, las modificaciones deben estar orientadas a garantizar el éxito personal y académico de los estudiantes y contar con una ruta de implementación que permita su asimilación adecuada en las aulas.

Ante los cambios profundos que presenta el nuevo plan de estudios, el IMCO identificó cuatro rubros que podrían profundizar la problemática educativa.

1.- La formación de talento preparado deja de ser una prioridad

Refieren que el plan de estudios actual se pronuncia en contra del desarrollo de talento con base en las habilidades y necesidades del mercado laboral en la educación básica, por considerar que está peleado con el desarrollo humano y de la comunidad.

En este sentido, el nuevo plan declara: “No se busca enseñar conocimientos, valores y actitudes para que las niñas, niños y adolescentes se asimilen y adapten a la sociedad a la que pertenecen, tampoco es función de la escuela formar capital humano desde la educación preescolar, primaria y secundaria hasta la educación superior para responder a los perfiles que establece el mercado laboral”.

Enfatiza que una educación de calidad permite que los estudiantes adquieran las habilidades necesarias para aspirar a trabajos de calidad y bien remunerados que les den la oportunidad de mejorar su calidad de vida y promover su movilidad social.

“Restar importancia a las habilidades y capacidades que demanda el mercado laboral pone en riesgo a miles de niñas y niños que podrán adquirir los conocimientos imprescindibles para desarrollarse en un futuro, factor que reduce la movilidad social y resta competitividad al país”, indica.

2.- Se resta importancia a la adquisición de aprendizajes clave, como matemáticas

Al basarse en un plan comunitario el nuevo plan de estudios, agrega, va en detrimento de la enseñanza de conocimientos y habilidades universales que son cada vez más importantes en un contexto global. “Al organizar los aprendizajes en cuatro campos formativos –Lenguajes; Saberes y pensamiento científico; Ética, naturaleza y sociedades; De lo humano y lo comunitario– se propone un currículo en el que las disciplinas se relacionan entre sí y el entorno de los estudiantes”, recalca la organización.

“Superar la fragmentación del conocimiento y promover una educación más integral es una aspiración que comparten los sistemas educativos más efectivos del mundo, como Finlandia o Singapur. Sin embargo, para lograr esta transversalidad en México se requiere una planeación articulada, capacitación docente en todos los ejes, dinámicas de clase diseñadas para lograr los aprendizajes esperados y evaluaciones que midan sus resultados”, destaca.

La transversalidad no sustituye la enseñanza de disciplinas vitales para el desarrollo académico de un alumno, como la comprensión lectora y las habilidades matemáticas. “Como se muestra en el nuevo plan de estudios, el aprendizaje de estas materias podría limitarse al enfocarlas únicamente a un uso práctico, lo que podría provocar que el alumno pierda el interés por aprender temas más complejos por no encontrarle una utilidad con su entorno”, refiere.

3.-Se pierde la continuidad de los estudios en bachillerato en el salto de secundaria a bachillerato

El nuevo plan de estudios enfocado a educación básica desintegra la ruta de la educación obligatoria que va desde educación inicial hasta bachillerato. Aunque el nuevo plan de estudios de educación básica y el de educación media superior se oficializaron como una estrategia unificada, hay importantes diferencias en los currículos que hacen que esto no opere en la realidad.

Recuerda que el plan de estudios de 2017 fue el primer ejercicio que buscó continuidad y progresión entre habilidades y conocimiento, desde preescolar hasta bachillerato. “En este sentido, la implementación del nuevo plan de estudios representará un paso atrás en el diseño de planes educativos integrados para la educación obligatoria en México”, indica.

Que los planes de estudio entre grados carezcan de una secuencia lógica podría entorpecer el avance de educación secundaria a media superior. El paso al bachillerato es el nivel con mayor deserción escolar, representa un foco que necesita atención de las autoridades. La falta de articulación entre la educación básica y la media superior podría aumentar el riesgo de deserción escolar y disminuir el talento que accede a educación superior.

4.-La autonomía sin límites de los docentes tiene riesgos

La autonomía curricular está presente desde el modelo educativo de 2017, en el que se garantiza un determinado número de horas semanales para que los maestros incorporen en sus clases temáticas variadas. Es decir, con lineamientos y límites, los docentes pueden personalizar y adaptar los contenidos, métodos de enseñanza, evaluaciones y actividades de aprendizaje según las necesidades, intereses y entorno de los estudiantes.

Desigualdad de aprendizaje

Sin embargo, en el nuevo plan de estudios no hay un límite para la autonomía curricular, lo que podría tener dos riesgos: aumentar la desigualdad en los aprendizajes que logran los estudiantes y acrecentar las responsabilidades y carga de trabajo del magisterio.

Aclara que, en primer lugar, la diversidad de criterios que implementen los docentes de educación básica dificulta la uniformidad de conocimientos que los estudiantes de nivel básico deben adquirir y dificulta la transición entre niveles educativos. Este efecto podría acentuar las desigualdades educativas entre regiones del país.

En segundo lugar, agrega, al depositar la responsabilidad de contextualizar el contenido a la realidad social de cada entorno en las manos de los docentes, cada uno tendría que realizar una planeación pedagógica para cada grupo de alumnos que atienda para cubrir todas las áreas curriculares previstas. “Esta responsabilidad de los docentes debería estar acompañada de capacitación y apoyo necesario para llevarla a cabo”, indica.