Los fabricantes de vehículos en el país se declararon listos para empezar a operar, bajo estrictas reglas de sanidad, desde hace un par de semanas. Algunos de ellos ya obtuvieron la certificación que se los autoriza para hacerlo e incluso empezaron sus operaciones. Sin embargo, ahora la pregunta es ¿A quién y cómo se venderán los vehículos?
Ya sea en el mercado interno o fuera del país, la situación se torna complicada para una de las industrias que demostró durante décadas ser el eje de la manufactura mexicana con la generación de más de un millón de empleos directos y representar alrededor del tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Sin duda, es la industria automotriz, una de las tractoras más importantes del mundo, pues al operar genera la movilidad de otros sectores para que la fabricación de vehículos funcione.
Si bien se habla de una “nueva normalidad” que seguramente conlleva a una “nueva economía” y una “nueva forma de hacer negocios”, queda claro que los seres humanos tendremos que seguir demandando movilidad.
En este nuevo contexto no cabe duda de que las diferentes compañías en el mundo estarán ya pensando o iniciado incluso investigaciones que garanticen la salud de los ocupantes de un vehículo.
Pero, por lo menos hablando de la economía interna, a la cifra de desempleo que ya se registraba en la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador debido, principalmente, al despido de empleados en el sector público; se estima que la pandemia COVID-19 dejará entre un millón y 1.5 millones de nuevos desempleados.
Muchos de esos nuevos desempleados se incorporarán a la economía informal, así que tanto la industria automotriz como la banca deberán pensar en nuevos esquemas de financiamiento, asumiendo un mayor riesgo.
Si bien existen ya en el mercado productos financieros para el sector informal, es cierto que el riesgo aumentará, principalmente durante la curva de recuperación en donde los nuevos informales estarán apenas buscando mercados.
Resaltan casos como el de Kia Motors México que desde la llegada del nuevo gobierno incluyó en su cartera el ofrecimiento de un seguro de desempleo por nueve meses, renovables. Habrá que preguntar al resto de las automotrices si es un opción considerable y a la industria aseguradora si en el nuevo contexto es posible emitir tales pólizas.
Lo que sí queda claro es que la industria ya está diseñando nuevos métodos y recuerdo lo que David García, director de Ventas de Kia Motors México, me comentó en una entrevista cuando dijo: “a mi no me interesa si hay crisis o no. Lo único que se es que hay un mercado por conquistar”.