El voto, es un privilegio, una potestad adulta, para elegir entre alternativas, debiendo ser aquella que corresponda a nuestras esperanzas e ilusiones.

En un proceso electoral, se trata de elegir a personas, a funcionarios, en quienes habremos de entregar nuestra confianza a sus gestiones.

Por eso, debemos ponderar sus capacidades y virtudes, destacando la honestidad como cualidad esencial en aquellos “encargos” que administren los recursos públicos, es decir, el patrimonio popular.

Por lo anterior, resulta, por decir lo menos, ridículo, que se elijan a delincuentes probados. Es una falta de respeto a nuestra inteligencia, dignidad y decoro. Tenemos que pensar en actores políticos que a lo largo de su vida hayan demostrado justamente lo contrario.

No robar, que debería ser siempre un imperativo ético, terminó por ser una constante opuesta en los gobiernos anteriores.

Recordamos con desprecio la foto del “nuevo PRI” y  Peña Nieto. Ese día el inculto y corrupto expresidente presumía que una nueva generación de gobernadores del revolucionario institucional movería a México. Muchos, la mayoría, serían denunciados por sus tropelías, otros presos, prófugos y asesinados.

De la “docena trágica” panista tenemos presente la participación de un analfabeta y un alcohólico, ambos sometidos en sus fallidas administraciones  por el narcotráfico, con la representación oficial de su Secretario de Seguridad Pública.

Así nos encontramos con cientos de “estafas maestras” que costaran al pueblo de México miles de millones de pesos que fueran desviados para campañas electorales y miles de bolsillos prianistas aviesos.

Los créditos recibidos de organismos internacionales, que contenían pretextos conmovedores, llegaban siempre a los mismos destinos.

La deuda pública de Fox ascendió a un billón 700 mil millones de pesos. La de Calderón aumentó a 5 billones 200 mil millones de pesos y la de Peña Nieto pasó a 10 billones 600 mil millones de pesos.

Cuando el candidato López Obrador prometía programas sociales, y obra pública necesaria haciendo un recuento de sus costos, los periodistas del viejo régimen le cuestionaban con sorna de donde sacaría esos recursos, pues habían consultado a los “expertos” económicos nacionales e internacionales y eso era practicaemente imposible. Andrés Manuel siempre les contestaba: “combatiendo la corrupción y aumentando la austeridad, y nos va a sobrar, insistía” ¡Y si, siempre tuvo razón!

Los programas para el bienestar, algunos ya constitucionales, han venido a resolver problemas agudos en la población que de no haberse implantado habrían generado graves estallidos sociales.  Hay que matizar, a diferencia del prianismo clientelar, se han otorgado a todos sin discriminar sus preferencias políticas.

El combate al robo de hidrocarburos que en el prianismo era algo aceptado, ha tenido un alto impacto en los ingresos de Pemex.

Las condonaciones discrecionales por los presidentes corruptos al gran capital costaban al erario miles de millones de pesos. Se eliminaron aumentando los ingresos dramáticamente.

El SAT ha establecido records en recaudación de impuestos al obligar a las grandes corporaciones a pagarlos. Todavía varios se resisten a cumplir.

Se eliminaron las dádivas o el “chayote” a los conductores de noticias y todos los “textoservidores”, de ahí el resentimiento colectivo.

Se eliminaron a los 8,000 elementos del estado mayor presidencial, gastos y viajes inútiles, pensiones a expresidentes, sueldos faraónicos, etc.

Han desaparecido estancias infantiles que se robaban montos millonarios al incluir en sus beneficiarios a más de 100 mil niños inexistentes.

Se quitaron fideicomisos inoperantes inmersos en latrocinios.

Con esos recursos, además de los programas para el bienestar, se han financiado obras fundamentales tales como: el aeropuerto “Felipe Ángeles” que será próximamente inaugurado. El tren “Maya” que será un detonante económico en el sureste y ha sido elogiado por gobernadores opositotes de todos los estados de la región. El corredor interoceánico que permitirá el paso de mercancías entre el Océano Pacífico y el Golfo de México. El tren Interurbano de pasajeros México-Toluca y más de 350 hospitales que dejaran en obra negra los gobiernos corruptos del pasado.

México, a pesar de la pandemia y sus impactos, enfrenta con dignidad todos sus gastos e inversiones sin recurrir a deuda alguna. Eso es una lección de eficiencia y patriotismo.

Este día, el “flamante” nuevo dueño del PRI, PAN y PRD, Claudio “equis” González, y sus ayudantes; Krauze, Aguilar Camín y otros eternos vividores  publicaban una carta abierta al público pidiendo no votaran por Morena y sus aliados, buscando con ese discurso barato, persuadir a la gente para que favorecieran el regreso de los rateros.

La politización y conciencia de los mexicanos ha crecido tanto que se resisten al “encanto” de sus saqueadores.

¡Este 6 de junio iremos más allá de una tímida opinión!