Ser mama en México no es fácil. En el país, las progenitoras enfrentan diversos retos que van desde los problemas de inseguridad, endebles servicios públicos, problemas familiares y de pareja, limitadas ofertas laborales, complejidad económica, entre otros.

No obstante, dichos flagelos adquieren mayor dimensión cuando la tarea de madre se realiza de manera individual (sin pareja), y en calidad de jefe de familia. Claro, no significa que sea imposible superar el escenario, pero sin duda el reto adquiere mayor esfuerzo.

En este sentido, a propósito de la próxima celebración del 10 de mayo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reveló que al final del 2023, tres de cada 10 mujeres de 15 años y más que eran madres también eran jefas de hogar (11.5 millones). Es decir, poco más del 30 por ciento de las madres son la única fuente de ingreso de su familia y no tienen pareja.

De acuerdo con un estudio del INEGI, del total de las mujeres de 15 años y más que tenían al menos una hija o hijo, el 46.5 por ciento estaba casada y el 20.5 en unión libre, es decir, 67 por ciento tenían pareja.

En tanto, 12 por ciento es viuda, 10.4 es madre soltera, el 7.5 se declara separada y 3.1 por ciento es divorciada. En otras palabras, 33 por ciento son madres sin pareja y jefas de familia al mismo tiempo.

En cuanto al perfil académico de las madres mexicanas, resulta que casi la mitad de las madres de 15 a 24 (48.1 por ciento) tenía secundaria completa, 32.8 por ciento educación media superior o superior, 15.9 por ciento primaria completa y 3.1 por ciento primaria incompleta.

Respecto a su condición laboral, la tasa de participación económica de las madres de 15 años y más fue de 46.1 por ciento y, por grupos de edad, de 40 a 49 años fue de 60.0 por ciento. Siguieron el grupo de 30 a 39 años con 58.4 por ciento, y el de 50 a 59 años con 52.2 por ciento. Cabe destacar que 20.8 por ciento de las madres de 60 años y más, estaban ocupadas o buscaron trabajo.