Cuando hablamos de ideología política nos imaginamos solamente dos aspectos izquierda y derecha. Es como nos han adoctrinado desde hace mucho tiempo y nos dictan que solo es buena la doctrina ideológica cuando es basada en el equilibrio, por la historia mundial.
Sabemos que los partidos políticos tienen ideologías diferentes que comulgan con los candidatos que nos venden para consumir/ votar. Pero ¿Cuál es la mejor ideología? ¿Qué es lo que define a un votante? ¿Cómo se determina que un voto es razonado?
Realmente nada importa, por que no somos una sociedad capacitada para ser ciudadanos solamente estamos capacitados a salir a votar, bueno ni siquiera eso: Menos del 50 por ciento de la población sale a votar por los candidatos, algo que vimos en las elecciones pasadas fue un récord de votantes que en realidad salieron a las calles a emitir su voto y escoger al líder de los mexicanos que proponía una manera diferente de gobernar.
Estas elecciones fueron sorprendentes, se pudo cambiar el poder del PRIAN a un movimiento apadrinado por el presidente López Obrador, que ya quiere desvincularse del mismo partido que creó. Y bueno, dicha actitud sería la estrategia política más sensata si quiere seguir estando en el poder, ya que no existe partido limpio de corrupción y menos cuando hay “nuevos ricos” o “nuevos en el poder”.
Lo preocupante es que el presidente se alardea y presume que está en contra de la corrupción y que hay carpetas de investigación en contra de políticos corruptos, pero lo cierto es que ninguno está encarcelado o sentenciado e incluso como dentro de su equipo a favor del nepotismo, se dan contratos millonarios a familiares pero bueno, ese es tema para otro día.
El problema de México no son las ideologías, el problema es que las usan para dividir y fraccionar al país. El problema es que cuando las utilizan para ganar las elecciones, no las aplican en la administración publica.
Por ejemplo, dentro de las ideologías, algunos del PAN se identifican con la derecha moderada y otros dentro del mismo partido con derecha radical o la sociedad que determina que la religión católica y el conservadurismo es la solución para tener un crecimiento sostenido.
Por su parte, en el PRI prevalece una tendencia izquierda-centro que hizo que la población creyera en ellos por tanto tiempo, pues se amoldaba al electorado y al voto duro que necesita el asistencialismo. Los que no estaban de acuerdo con ese tipo de izquierda, saltaron al movimiento de la actual administración.
La ideología del proyecto que vemos en el gobierno federal no es de izquierda moderada, ni izquierda liberal, ni izquierda radical. Lo que estamos enfrentando es una ideología de extrema derecha disfrazada de una ideología izquierda progresista.
Me explico: Tenemos concentrado un hartazgo de mas de 70 años del poder, en el cual ya probamos la izquierda y derecha moderadas en nuestra historia contemporánea. Pero en la historia de nuestro México, hemos tenido emperadores y presidencias democráticas disfrazadas de dictadura como la de Porfirio Díaz. Sin embargo, increíblemente fue cuando más riqueza se acumuló y teníamos más respeto internacional.
Actualmente, revivimos la historia después de 100 años, es decir, estamos de vuelta a una ideología radical donde el Presidente es intocable, tiene mayoría en el Congreso, va a favor de los pobres como un rey o emperador, tiene libertad presupuestaria del 80 por ciento del egreso de la Federación, persigue a los empresarios que le dan su presupuesto, apoya proyectos que atacan al medio ambiente y a la soberanía del país, además., no tiene oposición y cuando se le cuestiona, él tiene otros datos.
Sin embargo, tenemos algunas pequeñas diferencias que la historia de hace 100 años: No estamos acumulando más riqueza, ni estamos teniendo más respeto internacional, ni tenemos visión país, ni tenemos mayor soberanía nacional ni una verdadera oposición, a diferencia de lo que vivimos cuando teníamos ¡Un emperador!
Y ustedes ¿A qué le tiran cuando sueñas mexicano?