Los video escándalos de Carlos Ahumada pretendían ser el gran golpe político- mediático a la creciente posibilidad de que AMLO fuera candidato presidencial. Al derribar algunas figuras del PRD los autores intelectuales de la ruta facciosa pensaban que afectarían al Jefe de Gobierno, pero no lo lograron, porque en el subterráneo social emergía el obradorismo como movimiento ciudadano (debido a hechos concretos de su obra pública y social en la Ciudad de México), y de hecho desde la postura del sol azteca ante la huelga de la UNAM (1999-2000) y ante el EZLN (la marcha del Color de la Tierra y la lucha por los Acuerdos de San Andrés), un gran sector de la base perredista se había divorciado de la cúpula y veía en AMLO una nueva y genuina alternativa para la izquierda electoral.
El proceso de desafuero fue la siguiente etapa, y pretendía ser una especie de tiro de gracia, un gran golpe mediático- jurídico, basado en argumentos legaloides, el gobierno federal pretendía destituir a AMLO como Jefe de Gobierno por permitir una calle que conectaba una avenida con un hospital en el predio El Encino. Con ello, y fetichizando el Estado de Derecho, los promotores del desafuero pensaban usar la ley de manera grotesca y facciosa, pero tampoco lo lograron. No contaron con que, para la mayoría de la población, la ley no ha sido más que un instrumento para la impunidad, la corrupción y el abuso de poder en México, y el derecho no significaba necesariamente justicia. Recordando una frase de Bob Dylan: “Para vivir fuera de la ley, hay que ser honesto”.
El desafuero derivó en un movimiento masivo, popular y nacional que surgió desde abajo, desde el pueblo, para responder con la resistencia pacífica a la solicitud presentada el 18 de mayo de 2004 de realizar el juicio de procedencia por parte de la Procuraduría General de la República a la Cámara de Diputados.
En el Gobierno del DF algunos compañeros que del movimiento estudiantil nos incorporamos a tareas de la administración pública, tuvimos la gran oportunidad de invitar al Dr. Enrique Dussel a brindar un seminario sobre sus “20 tesis de política”, que preparaba para publicar en un libro que vería la luz en 2006 con el mismo nombre y se convertiría en un clásico para una nueva visión de la formación política.
El Dr. Dussel había sido maestro de varios de nosotros en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM donde era una celebridad por sus ideas novedosas formuladas desde la erudición teórica y la perspectiva de la ética para la liberación, cada clase suya en la facultad era una congregación de más de cien alumnos, y acercarlo a la génesis del movimiento obradorista fue un logro.
Para el Dr. Dussel la política surge porque: “El ser humano es un ser viviente. Todos los seres vivientes animales son gregarios; el ser humano es originariamente comunitario. En cuanto comunidades siempre acosadas en su vulnerabilidad por la muerte, por la extinción, deben continuamente tener una ancestral tendencia, instinto, querer permanecer en la vida. Este querer-vivir de los seres humanos en comunidad se denomina voluntad. La voluntad-de-vida es la tendencia originaria de todos los seres humanos.” Así, la voluntad de vivir es la esencia de la política”.
“La “voluntad-de-vivir” es Ia esencia positiva, el contenido como fuerza, como potencia que puede mover, arrastrar, impulsar. En su fundamento Ia voluntad nos empuja a evitar la muerte, a postergarla, a permanecer en la vida humana.” Escribió el Dr. Dussel en una de las fotocopias que nos entregó para leer y que después serían parte de las 20 tesis.
Al finalizar una de las sesiones del seminario, que se realizaba en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento o Palacio Virreinal como también se le conocía, bajamos con el Dr. Dussel a acompañarlo a su automóvil, ahí le comentamos que estábamos preocupados por los hechos recientes de los video escándalos, el manejo de la derecha de la marcha contra la inseguridad y el posible desafuero de AMLO; le dijimos que nos parecía que el PRD a nivel nacional escondía la cabeza como avestruz y no respondía a los ataques contra López Obrador, que nosotros queríamos organizar un nuevo colectivo ciudadano, y que haríamos una huelga de hambre contra el desafuero, porque aspirábamos a recuperar la ética en la política, hacer valer el sufragio y el derecho del pueblo a decidir su destino.
Cuando mencionamos la huelga de hambre, abrió los ojos y nos miró fijamente, palabras más nos dijo “la huelga de hambre pacífica y la resistencia son las actitudes más reveladoras de la voluntad de vida contra la injusticia”, pero la huelga es un último recurso. “Hay que vernos para platicar”, concluyó y abordó su auto.
Lo vimos un par de días después en un café por su casa en Coyoacán; lo primero que nos dijo es que, si estábamos insatisfechos con las formas de hacer política de los grupos del PRD, o con cualquier otra forma, lo primero era ser diferente a lo que criticábamos, “si les disgusta como son ellos, no sean como ellos, por ahí se empieza”, nos dijo. Acto seguido le mostramos un manifiesto con el que anunciaríamos nuestra organización ciudadana, escrito por Facundo González, ahí se hablaba del “horizonte ominoso” que se cernía sobre México. Entonces le preguntamos que nombre el propondría para una organización encaminada a la resistencia pacífica y no violenta como forma de lucha; nos dijo algunas frases, y remitió que sería bueno reivindicar a Nezahualcóyotl, el gran poeta de Texcoco; en algún momento dijo la Flor era la ética y el Canto simbolizaba el dialogo… Así surgió el nombre de Flor y Canto.
Sobre la huelga de hambre con mucha humildad nos dijo que él no podía convencernos de hacerla o no hacerla, pero que respetaba mucho a quienes estaban dispuestos a ofrendar su vida por una causa justa. Con el antecedente de ser nuestro maestro en la facultad, y sus palabras sobre la huelga de hambre, el Dr. Dussel se convirtió en un referente entrañable e imprescindible para nuestro pequeño equipo, y en los años posteriores del movimiento obradorista en un guía ético y estratégico.
En el terreno legal, el 3 de junio de 2004 se le notificó al jefe de Gobierno del Distrito Federal, el inicio del proceso de desafuero, que verificaría una primera etapa con la instalación de la Sección Instructora, comisión de la Cámara de Diputados que dictaminaría la procedencia del caso para presentarlo al pleno y dictaminarlo (solo el Diputado Federal Horacio Duarte Olivares representó la voz discordante y favorable al movimiento obradorista ante la mayoría de 3 de 4 integrantes de la comisión pertenecientes al PRIAN). A fines de 2004, el nudo del asunto entonces estaría en el Palacio de San Lázaro. Por tal motivo, Flor y Canto se funda con la instalación de un campamento en la calle Emiliano Zapata, en una de las entradas al recinto.
Mientras la anquilosada burocracia tribal del PRD se carcomía en el eterno conflicto interno, la ciudadanía comenzaba a desplegar iniciativas autónomas ante el escalamiento del golpe de estado técnico en la Ciudad de México. El 13 de noviembre de 2004 Jaime Avilés publicó:
“Un grupo de jóvenes del ámbito universitario, fundadores de la organización Flor y Canto, prepara una huelga de hambre indefinida para el próximo 20 de noviembre en la explanada de la Cámara de Diputados a partir de las seis de la tarde. ¿Por qué ese día y a esa hora? “Porque Francisco I. Madero, en el Plan de San Luis Potosí, llamó a todos los mexicanos a levantarse en armas contra la dictadura de Porfirio Díaz, precisamente el 20 de noviembre de 1910 a las seis de la tarde”, explican Froylán Yescas, Mónica Gameros y René González, militantes de este nuevo grupo, cuyo nombre obedece a que “los antiguos mexicanos repartían flores como muestra de hermandad y cantaban para comunicarse con el otro; hoy a la política en México le son necesarios la flor como ética y el canto como dialogo, porque diálogo y ética son recursos indispensables para asegurar el cambio pacífico y evitar la confrontación violenta.”
“Nosotros, dicen, “queremos hacerle un homenaje a Madero, pero en vez de levantarnos en armas, nos vamos a poner en huelga de hambre ese día para demostrar que estamos dispuestos a dar la vida pacíficamente por nuestros ideales. Será también una advertencia: si la clase política no nos toma en cuenta, otros comprenderán que la lucha pacífica es inútil y optarán por el cambio social violento”.
“Consideran que, “a pesar de la transición política de los últimos lustros”, las expectativas despertadas por la alternancia no han sido satisfechas. “La guerra sucia rumbo a la sucesión presidencial de 2006, las muestras palpables de corrupción para financiar campañas electorales, el uso faccioso de las instituciones públicas con fines personales o grupusculares, degradan la vida política nacional, y la verdad es que la disminución de la soberanía nacional, la injusticia social, el desempleo y la pobreza continúan afectando a la amplia mayoría de la población”, afirman. Y por si esto fuera poco, “la democracia electoral también corre el riesgo de retroceder”.
“En este contexto, agregan, “el desafuero del jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF) constituiría un importante incentivo para la confrontación y la polarización, y deslegitimaría el proceso electoral de 2006, con graves costos para la democracia, la vida institucional y la estabilidad política. El esfuerzo y el sacrificio de las generaciones anteriores que lucharon por la democracia no merecen este destino”. Es por eso que, desde el próximo sábado, iniciarán una huelga de hambre para presionar a los líderes de los partidos políticos nacionales a firmar tres compromisos: “asegurar el cambio pacífico e institucional de la nación, garantizar el derecho democrático de elegir a nuestros gobernantes en las urnas y detener el proceso de deterioro político del país”.
“Desde esta página llaman a todos los grupos ciudadanos que se han sumado a la lucha contra el desafuero de López Obrador, a acompañarlos en esta batalla cívica, ora participando en el ayuno, ora depositando una vela encendida frente a su campamento, ora disfrutando de la lunada musical del próximo sábado frente a la explanada del Palacio Legislativo de San Lázaro.” Refirió Avilés en su columna sabatina.
La huelga de hambre de Froylán Yescas y Pedro Córdova (quien la acompañó los primeros días), fue un acto fundacional para nuestra generación, en la perspectiva de mirar a un cambio verdadero, trascender la simulación partidista y acompañar a AMLO como dirigente de las luchas del pueblo organizado.
El día que iniciamos el campamento, Sandra Arcos cantó una bella canción, la emoción nos contagió, también la solidaridad de los vecinos de Venustiano Carranza que de los alrededores de San Lázaro comenzaron a llegar para ofrecer apoyo; no había redes sociales y la cerrazón de los medios salvo La Jornada era impresionante, la realización de la protesta se hacia de voz en voz. La comisión de medios pudo hablar con Ciro Gómez Leyva que en esa época se vendía como un periodista independiente del Canal 40, la única respuesta casi fue un portazo en la nariz.
La verdad sea dicha solo Fernando Belauzarán e Isaías Villa de la dirigencia del PRD estatal asistieron a solidarizarse con el campamento, pero en la Cámara el Diputado Pablo Gómez recibió una comisión, fiel a su estilo del 68 se mostró realmente fraterno con los estudiantes que apoyábamos la huelga de hambre y subió un exhorto en tribuna sobre evitar el uso faccioso de las instituciones.
Fueron 17 días a contraviento, las madrugadas eran muy frías pues ya era casi fin de año, a cuenta gotas llegaban voces fraternas y aunque eran pocas levantaban el ánimo, como la del camarada Higinio Muñoz (QEPD), quien nos cuestionaba porque militar en el PRD, y era gran activista que venía construyendo la Promotora Nacional de Unidad contra el Neoliberalismo que nos brindó su apoyo junto con Joel Simbrón.
Para terminar la protesta y no poner más en riesgo la vida de Yescas, quien se veía cada vez más afectado físicamente por el largo ayuno, tomamos la decisión de asistir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y presentar una petición respecto al desafuero de AMLO.
El mismo Jaime Avilés, periodista comprometido, reseñó en La Jornada:
“Después de permanecer 17 días en huelga de hambre, Froylán Yescas, activista de la organización ciudadana Flor y Canto, fue hospitalizado ayer por instrucciones médicas. Con esta medida, el grupo da “respuesta positiva a las peticiones honestas de levantar el ayuno para construir una nueva etapa de lucha”, explicó René González durante un breve acto público celebrado ayer frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“Antes de informar lo anterior, varios integrantes de Flor y Canto entregaron un documento en la oficina de Mariano Azuela, presidente del máximo tribunal del país, con el objetivo de comunicarle las tres demandas por las que Yescas interrumpió dos semanas y media su ingesta de nutrientes: “cesar la degradación de la vida política nacional, garantizar el derecho de todos los ciudadanos a elegir a sus gobernantes en las urnas y velar por una transmisión pacífica de poderes en 2006”.
“Por su parte, un representante de Azuela ofreció que daría contestación a los reclamos de los jóvenes, quienes, al salir de allí, realizaron un mitin frente a la sede del Poder Judicial.
“Entonces, René González leyó un texto a nombre de sus compañeros y preguntó si “de mantenerse la actual vorágine de confrontación política, descomposición social y malestar económico, ¿podría desatarse la violencia entre los mexicanos?”, y agregó: “Es correcto que desde el poder se evite a toda costa que un adversario del régimen neoliberal pueda competir por la Presidencia de la República?”
“Ante la curiosidad de los transeúntes que se detenían a escucharlo, continuó así: “Es mucho pedir a los actores políticos que cumplan su responsabilidad como servidores públicos y dediquen su tiempo y esfuerzo a resolver los problemas de la gente y no sólo al denuesto y la descalificación? ¿Por qué la clase política no se ocupa de la educación, el empleo y la seguridad pública en lugar de empeñarse en demostrar quién es peor?”
“Muchos meses antes de la convocatoria lanzada semanas atrás por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, para crear comités ciudadanos en todo el territorio nacional, los integrantes de Flor y Canto escogieron el recurso de la huelga de hambre como método para irrumpir en la escena política precisamente en calidad de movimiento ciudadano.
“El sábado 20 de noviembre, por la tarde, instalaron un campamento a un costado del Palacio Legislativo de San Lázaro y a partir de esa noche comenzaron el ayuno Froylán Yescas, de 33 años, oriundo de la ciudad de México, y el profesor tabasqueño Pedro Córdova, de 34. Sin embargo, cuatro días después Córdova se retiró aquejado por serios trastornos del sistema digestivo.
“De acuerdo con los reportes disponibles más recientes, el estado de salud de Yescas es bueno; está bajo observación, rehidratándose y sometido a dieta blanda. Flor y Canto, informó René González, conservará su campamento en San Lázaro y el próximo jueves, a las 12 horas, animará un debate entre académicos e intelectuales de cara a la consulta del 18 y 19 del presente mes, cuando la población capitalina resolverá si López Obrador permanece al frente del GDF.”
Se fundaba Flor y Canto, y en México el pueblo se aprestaba al 2005 como antesala de la posibilidad de elegir por vez primera un presidente del pueblo. “In Xochitl in Cuicatl, Flor y Canto, Ética y Diálogo. La flor es la ética y el canto, la palabra que hace fluir el diálogo”.
*Este texto forma parte de un trabajo más amplio que se denomina: Los años de la resistencia, que será publicado en esta columna por entregas.