Me gusta leer mucho. Quiero aprender. Soy una esponja viviente. Me encanta el comportamiento humano y siempre que puedo busco algún libro con ese tema.
Esta semana, cambié de gustos y me puse a investigar sobre Jaime Sabines. Obviamente es una historia muy interesante, sobre todo por sus vivencias y la relación de su obra con su vida personal y emocional.
Me llamó la atención la forma en que escribe sobre el amor y la muerte. Me piqué mucho en un tema en particular: el amor. Hábil y sensible, don Jaime captó mi atención con su obra maestra, los amorosos.
Obsesionada por aprenderme ese poema, lo leí muchas veces, pero no pude hacerlo completamente. Pensé que cuando vuelva a tener pareja, será muy bonito, declamárselo como una forma de expresarle mi amor. Creo que se volvería loco.
Estoy segura que no tardaré en aprendérmelo, y también espero no tardarme tanto en volver a tener pareja para dedicárselo. ¡Eso espero!
Con esa tarea a cuestas, regresaba de mi trabajo y en el trayecto, prendí el radio de mi auto y sin proponerlo, en la estación estaban entrevistando a una especialista en parejas que hablaba sobre el poliamor.
Cuando dijo que ella lo practicaba, quedé estupefacta, sorprendida y con muchas dudas que investigar. Atenta a sus palabras, como pude, me aprendí ciertos conceptos para después reforzarlos en mi propia investigación.
Leí que aun que es algo que se practica desde hace tiempo, en las últimas tres décadas, este término está más presente en la sociedad y por lo que veo, tiene un gran éxito en muchas partes del mundo.
Amar a varias personas a la vez de forma consciente, consensuada y ética es la premisa más importante de esta actividad amorosa. Los que lo practican defienden que el amor no tiene por qué ser restringido. Si amas a alguien, deseas lo mejor para ese alguien, y si eso incluye que tengas un amor más, pues bienvenido. Las reglas entre los participantes son muy claras. Ni celos, ni posesiones, solo transparencia y honestidad. Todo debe ser claro con absoluto consentimiento y conocimiento de todos los involucrados. Ojo, no es igual a la práctica swinger eh… ese es otro rollo.
Con muchas dudas asaltando mi cabeza, la información sobre el poliamor me dejó, como siempre, muy reflexiva. Me imaginé amando a dos tipos o hasta tres a la vez. ¡Mmmm, si no puedo con uno, cómo le voy a hacer para amar a otros dos más!
Con la cotidianidad de la vida, olvidé por completo lo leído, investigado y escuchado. Así pasaron algunos días hasta la noche del viernes pasado.
El fin de semana, cuando tengo más tiempo para descansar, lo hice como siempre, pero esta vez, lo que soñé me sorprendió mucho. Sin tener pareja en la vida real, de pronto en mi sueño me vi amando a dos hombres. Con ellos había amor, entendimiento físico y éramos felices.
Nadie se enojaba y nadie reclamaba nada. Todo era amor y más amor. Eran dos tipos guapos sin duda. Me sentía muy feliz, completa y bien correspondida.
En mi sueño inolvidable, llena de alegría y optimismo, sentía que debía corresponder a mis queridos con un regalo. Ese regalo era la declamación de Los Amorosos de Jaime Sabines.
Sin dudarlo, les pedí que vinieran a mi departamento. Cómodos, les invité una copita de vino y los tres lo disfrutamos como niños. A mitad de la reunión, me paré y segura de mi misma inicié el poema.
“Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan”…
Justo cuando nos íbamos a abrazar y cuando iba terminando el segundo bloque, la pinche alarma empezó a sonar como desesperada. Abruptamente el sueño había terminado. El escenario creado por mi mente me llevó a plasmar en el sueño, todo lo que había leído y escuchado en la semana.
Un poco sorprendida, quise volver a conciliar el sueño, pero ya no fue posible. -“Entonces me puse a cantar entre labios una canción no aprendida y me fui llorando, llorando la hermosa vida”….después de la noche en que soñé que era poliamorosa….