La seguridad sanitaria ya no es la única razón por la que se puede considerar fundamental a la industria automotriz. Ahora preocupa y ocupa al sector, el blindaje vehicular. Y es que para nadie es un secreto el elevado y creciente nivel de inseguridad en el país.

Hace algunas semanas me llamó la atención información de Fiat Chrysler Automobiles (FCA) México en donde revela la fabricación de su Jeep Grand Cherokee blindada número mil para el mercado mexicano.

El logro como empresa es importante, sin embargo, como dice el mismo Rafael Paz, director de marca Jeep y Ram de FCA México,  “tristemente” el crecimiento de la delincuencia obliga al crecimiento del mercado del blindaje automotriz.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la incidencia delictiva nacional entre enero y septiembre de este año es de un millón 361 mil 735 delitos.

Si bajó o subió la cifra es lo de menos. La cifra es alta y para contrarrestarlo, los ciudadanos se protegen. Lo peor, los vehículos blindados siguen estando entre empresarios y políticos en este país, pero ahora los tenedores de unidades ligeras también preguntan por el blindaje.

En una plática virtual con el directivo de Fiat Chrysler Automobiles, éste reconoce el crecimiento en la demanda de unidades blindadas de entre un 10 y un 15 por ciento, pero también menciona, tristemente, que la demanda empieza a darse para unidades que no se había pensado necesitarían blindaje.

Si bien se trata de una industria en crecimiento, es de esas industrias que quisiéramos los mexicanos que no crezcan, pero la realidad es tal que, por lo menos FCA con su Jeep Grand Cherokee blindada y piensa incluso en una nueva generación de blindaje, así como en tener una reserva de unidades, porque dijo, que hoy en día no falta el ciudadano a quien “le dieron un susto” y llega buscando estas unidades.

Y hablando de la industria, ya que está en crecimiento, lo importante es tener una unidad bien blindada, en donde la inversión, que normalmente raya en los dos millones de pesos, se refleje en la confianza del usuario al abordar su vehículo por lo que la mejor opción son los blindajes de fábrica que además “no se noten”.

Esta realidad refleja un indeseable incremento de la delincuencia en el país que se prevé continúe incrementándose, pero también el crecimiento de una industria que puede generar riqueza y empleos a la nación. Bien por la industria automotriz en México.